domingo, 10 de marzo de 2013

MERODEANDO A... El monarca (Narciso de Alfonso)





El Rey, Su Majestad, nuestro monarca, tiene dificultades para andar con las dos piernas, para deambular, para desplazarse por su mundo de protocolos y alfombras en bipedestación simple, lo que suele hacerse utilizando una pierna después de la otra, dejando los dos brazos arriba, para más tarde, para otras cosas.

En los quirófanos puros están poniéndole mucha más pierna en cada pierna, algo así como inyecciones de pierna, tal vez de titanio repulido, sobre todo para que pueda mantenerse de pie y andar deambulando, bipedestando , que un monarca no puede ir por Su Reino ni llegar a ningún sitio arrastrándose como un reptil, avanzando por los suelos de España a golpes de codo, como los marines, aunque sea el Jefe de los Ejércitos.

Quizá tenga las piernas destrozadas pero por dentro, que duele más; los españoles de a pie, sus súbditos, lo hemos visto como a un hombre de buenas costumbres que sólo a veces ha buscado a alguien que se las quitara, pero siempre de una forma moderna y civilizada, porque Su Majestad es un hombre civilizado con todas sus fuerzas.

Aunque toda su sangre sea azulísima, es campechano, realista, con los pies en el suelo (con perdón), cercano al personal: cuando dice que la burra es parda, es porque tiene los pelos en la mano. 

Sabemos que la historia de la historia es siempre la misma historia y que, en los márgenes, están los agujeritos. Sabemos que los seres humanos somos muy limitados: una lengua, unos labios, las manos, la mirada, ya está. Pero si, encima, fallan las piernas o –lo que viene a ser lo mismo- no funcionan bien los miembros inferiores; si hay una especie de desacuerdo entre una pierna y otra, como que no están en lo mismo, o no se reconocen entre ellas, o han discutido, o se quieren menos –o de forma diferente-, nuestro monarca tal vez se pasa el día añadiendo siempre pasión a pasión, memoria a memoria, dolor a dolor –que así lo dijo el poeta, quizá de algún asunto parecido.


Narciso de Alfonso
El Merodeador, III


2 comentarios:

  1. ¡Cuando demonios se abrirá Balconcillos!!

    Srta. Mu Enfadá

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  2. Narciso de Alfonso10 de marzo de 2013, 20:26

    .

    .

    Transido, salomónico, decente,
    ululaba; compuesto, caviloso, cadavérico, perjuro,
    iba, tornaba, respondía; osaba,
    fatídico, escarlata, irresistible.
    En sociedad, en vidrio, en polvo, en hulla,
    marchase; vaciló, en hablando en oro; fulguró,
    volteó, en acatamiento;
    en terciopelo, en llanto, replegose.
    ¿Recordar? ¿Insistir? ¿Ir? ¿Perdonar?
    Ceñudo, acabaría
    recostado, áspero, atónito, mural;
    meditaba estamparse, confundirse, fenecer.
    Inatacablemente, impunemente,
    negramente, husmeará, comprenderá;
    vestiráse oralmente;
    inciertamente irá, acobardarase, olvidará.


    Entonces, entonces se abrirán los balcones,

    sipe 8-)


    Narciso


    .

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