jueves, 27 de septiembre de 2012

ENTRE SOL Y SOL (Narciso de Alfonso)

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Entre sol y sol, Michelle está arrobada, con los sentidos anulados, en suspenso, tal vez presa de alguna intensa emoción, de un dolor, de un placer, con el alma traspuesta, quizá conmocionada o transida. Le sienta bien la piel de oro oscuro, y el pelo onduladísimo de rubio oscuro, con esa mano central que sostiene toda la dejación, toda la ausencia de Michelle, como si una columna sola sostuviera un entero edificio abandonado.


Las sombras densas del ocaso ponen mucha oscuridad entre los oros porque cualquier obstáculo, cualquier estribación o resalte, cualquier tropiezo de la luz, hace una sombra larga, extendida, reteñida de oscuro, y la piel devuelve también el resplandor directo de la cara y de las piernas mayores, de manera que hay zonas, playas, llanuras, calas o rincones donde la vida refulge, resplandece, se oscurece, rebrilla y negrea en un solo golpe visual, en un solo pack ocular, en un efecto único.


Con la tarde y el mar entre las costillas, debajo y dentro de la piel, empujándole el alma y arrebatándole el cuerpo personal, Michelle está hermosa como un espléndido objeto que fuese humano y femenino y vivo y abrazado por el sol poniente.
 


Narciso de Alfonso
del blog
 
 

1 comentario:

  1. Estoy muy contenta de que el premio Donostia haya sido para Ewan Mc Gregor.Salud

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