martes, 23 de septiembre de 2025

"CONFUSIÓN DE CONFUSIONES" - Artículo de David Jiménez-Blanco (Presidente de la Bolsa de Madrid)


David Jiménez-Blanco presidente de la Bolsa de Madrid, vicepresidente de BME, escribe en este artículo sobre Confusión de confusiones, elogiando la edición de lecturas-hispanicas.com




El subtítulo del libro es deliciosamente descriptivo «Diálogos curiosos entre un filósofo agudo, un mercader discreto y un accionista erudito describiendo el negocio de las acciones, su origen, su etimología, su realidad, su juego y su enredo». Y el libro no lo es menos, aunque su lectura no es fácil de acometer. La abundancia de citas bíblicas y de la mitología clásica, que sin duda eran referencias cercanas para los contemporáneos del autor, hacen muy conveniente para el lector actual la utilización de una edición bien anotada y con el español puesto al día como la –sencillamente excelente– que publicó en 2022 el abogado (y muy sabio) zaragozano Servando Gotor en su editorial Lecturas Hispánicas, de la que yo me he servido.

"Confusión de Confusiones no es un tratado sistemático de la inversión. Su estilo y su estructura no se prestan a considerarlo así. Pero es interesante ver que trata de temas como la naturaleza de las acciones, la importancia de los dividendos, la relación entre la marcha de la compañía y el precio de sus títulos… y también la frecuente desconexión aparente entre una y otro. Incluso describe el diferente impacto de las noticias relativas a la compañía (como si un barco había llegado a buen puerto o se había hundido en el trayecto) en el corto y el largo plazo, y habla de cómo un buen inversor sabe aprovechar cualquier debilidad pasajera para adquirir más acciones a buen precio, prefigurando varios siglos antes los análisis fundamentales de Benjamin Graham.

"De manera especialmente llamativa, describe (con vocabulario del siglo XVII) la utilización de acciones de compra y acciones de venta para expresar opiniones apalancadas sobre los títulos subyacentes; es decir, la base de todos los mercados de derivados actuales. Pero con todo, tal vez lo más interesante del libro sea su análisis de las emociones humanas en lo relacionado con las inversiones (ansiedad, paciencia, emocionalidad, serenidad, etc), algo que está de plena actualidad hoy en los estudios de economía del comportamiento. Su lectura, para el que acepte invertir tiempo en hacerla de manera paciente, es por todo ello una delicia que recompensa ampliamente al que sienta curiosidad por estos temas."


David Jiménez-Blanco
(El artículo completo
en "El Debate", 23/09/2025)



domingo, 31 de agosto de 2025

EL ÚLTIMO SERENO (Antonio Envid)


(Imagen generada con IA)

Ha muerto a los 98 años el último sereno de Madrid, Miguel Amago, asturiano, como los serenos de los viejos sainetes y zarzuelas.
Con él perdemos la memoria de cientos de antiguas madrugadas, cuando alegres y, tal vez algo achispados trasnochadores tocaban palmas y gritaban, ¡sereno!, para que acudiera solícito a franquearles la puerta de su domicilio. Alguno, que había soplado más de lo conveniente, si no hubiera sido por la ayuda de Miguel, habría pasado al sereno el resto de la noche. También se lleva la fragancia algo marchita de la dama y su galán que vuelven de la ópera o del teatro al refugio del acogedor hogar con un vago recuerdo del romanticismo o la tragedia que acababa de ver representada. O el cansancio y la derrota del que acude a su casa tras el fracaso del día. Qué pensaría de los distintos cuadros de la farsa de la vida que contemplaba todas las noches. Necesariamente sería un filósofo.
Cuántas noches brujas y perfumadas de estío; cuántas frías noches de patear contra el suelo para que reaccionaran las extremidades entumecidas, cuando el gélido viento pela las orejas y adorna con un nimbo azul acerado los luceros; cuántas noches estrelladas con radiantes resplandores o veladas por la niebla. Todas se van con él.
Habrá vivido en los otros, de forma vicaria, miles de noches, gozosas o trágicas, lujuriosas, o meras francachelas, de locura y borrachera, radiantes de luz en elegantes salones, o en sórdidos tugurios, oscuras noches en lugares de vicio, o pulcras habitaciones burguesas, noches de amor, de rencor o de indiferencia, de amistad o de falsedad. Descanse en paz el notario de las noches madrileñas.

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