viernes, 31 de agosto de 2012

GRACIAS, CECILIA, POR DEVOLVERNOS LA DIGNIDAD (Armando Muchabulla)

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Y Cecilia veía desolada como el Ecce Homo de su ermita iba desconchándose, como en su cara aparecían lunares blancos y su túnica se deshacía en harapos sueltos, como cada vez que lo visitaba había unas cascarillas de cal pintada en el suelo, como el salitre de la pared carcomía lenta e inexorable el cuadro ¡Y nadie lo remedia! Con lo triste que está el pobre, lo solo y triste que está. Un día, armada de valor, de pinturas y pinceles puso manos a la obra para remediar la inminente catástrofe. Así, poco a poco, quizá hasta sacando una puntita de lengua por la comisura de la boca, como cuando en el colegio se esmeraba en hacer buena letra, fue surgiendo de sus brochas y mejunjes el Dios de los mundos extraterrestres, el que quizá creyeron oír los marcianos el otro día a través del Curiosity. Un ser enigmático y extraño, como deben ser los dioses.

Pronto peregrinaron de todo el mundo para ver el prodigio, las televisiones y medios de comunicación plantaron en Borja sus reales, el nombre de la población fue conocido en todo el orbe. En un mundo en el que Dios ha muerto, volvía a nacer en una humilde ermita del Santuario de la Misericordia de Borja. ¡Aleluya!

Pero el prodigio fue mucho mayor de lo que pudiera pensarse, porque Cecilia lo que hizo fue dar un fuerte aldabonazo en la conciencia de los aragoneses, tan fuerte, que sacudidos de su modorra ancestral, se pusieron a pensar sobre el enorme patrimonio artístico que atesoraban y la desidia con que generalmente lo atendían. Advirtieron de que tienen una maravilla en medio del desierto de los Monegros como es la Cartuja de las Fuentes con la colosal obra de Manuel Bayeu en un abandono total, de que en la propia capital el esplendido templo de Las Fecetas yace en el mayor de los olvidos, tapado y asfixiado por uno de los más horrorosos edificios que la vulgar arquitectura zaragozí haya podido concebir (y eso que hay muchos), que ya vale de llorar por lo que nos han arrebatado y despreciar lo que tenemos.    

En una entrada de este blogg de 28.12.2011 “Goya y el sueño de la razón. Manuel Bayeu y la vigilia”, nuestro colaborador y amigo Antonio Envid se expresaba así, refiriéndose a Manuel Bayeu:

Pero sobre todo en la Cartuja de las Fuentes, en el término de Lanaja, donde llevó a cabo una gigantesca obra cubriendo bóvedas, claustros, claustrillos y capillas de frescos de pintura suelta y brillante. Unos dos mil metros cuadrados en total de una locura de color. Una obra deslumbrante, muy desconocida, y una vergüenza para los aragoneses, que la tenemos en un bochornoso semiabandono. Tanto lamentarnos por lo que nos ha sido arrebatado y tan poco que hacemos por conservar lo que tenemos.

Gracias, querida Cecilia, por habernos despertado de nuestra secular aborregante siesta y devolvernos la dignidad de pensar.

 

Armando Muchabulla

 


3 comentarios:

  1. ¿de qué dignidad habla usted? a mí el asunto me enfurece. No por el resultado sino por la tremenda hipocresía que esconde. La pintura original no tenía un valor artístico especial y ahora y debido a la notoriedad que ha adquirido el asunto, acude un equipo de restauradoras privadas y por si este fuera poco el Gobierno de Aragón va a enviar otra comisión de expertos para ver cómo restauran la antigua pintura.

    ¿Por qué no acuden a cualquiera de las iglesias románicas y restauran siquiera un trocito pequeño de pintura? ¿O por qué no restauran algún cuadro de Bayeu?¿Por qué no de algunos documentos que me consta que se están enmoheciendo en los archivos históricos?

    Me temo que la reflexión de la que usted habla, es decir, la toma de conciencia de la situación en la que se encuentra nuestro patrimonio muchos ya la hicimos cuando robaron el códice calixtino, en incluso antes, pregúntele a Eric "el belga" - espero que no sea familia de don Bernardo..jejeje-.

    Conste que no tengo nada contra la señora que ha actuado con toda la buena fé del mundo.

    Salud!

    Vlad

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  2. Totalmente de acuerdo. Mi artículo tiene un tono irónico que parece que no he sabido trasmitir. Pero al menos han salido un par de artículos en Heraldo de aragón hablando de la Cartuja de las Fuentes ¡qué ya es algo!
    Hay multipls intervenciones de bienintencionados en cuadros y retablos en todo Aragón, conozco el caso de un cura que limpiaba los cuadros de su parroquia con tomates abiertos por la mitad ¡no se a qué reacciones químicas habrán dado lugar los ácidos tomatiles! Algunas intervenciones han sido peores, hechas por supuestos "profesionales"

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  3. Perdone Armando, es usted nuevo por estos lares y yo si bien más antigua menos asidua últimamente. por estos motivos no habrá tenido ocasión de comprobar que no soy capaz de distinguir bromas e ironías.

    Ahora que usted lo ha dicho, sí que efectivamente lo pillo. estoy segura de que los demás sí lo han hecho.

    salud!

    Vlad

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