jueves, 16 de julio de 2009

Distancias cortas (Servando Gotor)


Fue Berta quien resolvió. Y, casi sin darnos cuenta, amanecimos en el más apartado y acogedor rincón de una trattoría del barrio universitario, mantel de cuadros y farol de temblorosa llamita. Por fin la tengo por vez primera frente a mí, sin prisas. Cara a cara. Toda mía. ¿Quién dijo que la cercanía era inversamente proporcional a la belleza? Proust, claro. Y no, no le faltaba razón. Pero yo estaba ante Berta, la excepción que confirmaba a Proust: Berta era todavía más hermosa en la distancia corta. Sus labios eran más alegres y su mirada más triste. Y no sabría decir qué era más hermoso si la tristeza o la sonrisa.

¿entonces?
pasta y escalopes
para dos
¿salsa…?
bolognesa
yo carbonara
¿mozzarella?
parmesano
¿y para beber?
birra
lo mismo
¿postres?
tiramisú, of course
para los dos
para los dos
¿qué estudias?
mundo
¿dónde?
en tus ojos
y a qué aspiras
a tranviario


Lo mejor, el café; siempre el café (imprescindible con alcohol, con ese alcohol que el poder pretende arrebatarnos porque nos desboca). Y entonces… entonces oigo la música. La mirada triste de Berta vuela entra las notas de la Danza eslava de Dvorak con el destello excepcional de la sonrisa que besa sus labios.

Dvorak
¿te gusta?
más que nada, estando tú


Y la sonrisa ancha se enciende con el tembloroso roce del arco, a veces suave, a veces intenso… y, sí, también Berta, sus ojos, su mirada, tienen el estigma del Pierrot, como lo tienen estas notas tan tristes.

Dvorak, Danza Eslava nº 2
¿también entiende de música el cobradorcito?
Opus 72, la música no se entiende…
¿tranviario…?
sí, necesito pensar, quiero pensar
¿toda la vida?
Toda
¿en qué?
en la forma de retener cada minuto, cada segundo que esté contigo.
¿también poeta…?
tranviario
¿pero no lo eres ya?
no, soy cobrador
ya
pero seré tranviario


Y la sonrisa de Berta se detiene como se detiene el mundo. Pero sigue, sigue la mirada lánguida y la danza eslava.

maravilloso, ha sido maravilloso…
¿el escalope?
no, la conferencia.
ah ya, Lionel French…
El fauno de mármol, petrificado…
…espectador de lo bello…
…ansioso…
…inerme…
…triste como un Pierrot
…y blanco…
…sí, blanco
… pero con ese blanco que actúa sobre nuestra alma como el más sepulcral silencio


Y yo cambiando de tema, porque tengo celos del conferenciante:

¿y tú…?
¿yo qué?
qué estudiarás
literatura, por supuesto
y qué piensas hacer
no pienso, no me gusta pensar


Y luego, a la noche, apetecía pasear por los empedrados callejones del barrio universitario. Tarde ya. Ni un alma. Y la luna verdecita…

(Extraído de "Oh!, luna de Alabama")

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