Una tarde senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. (A. Rimbaud)
miércoles, 11 de febrero de 2009
Soneto
Niñez en tinta perfumada
Fuiste, Zaragoza, turbio vergel
De una niñez en tinta perfumada
Y, a fuerza de golpes, tan abreviada,
Que en el primer andén dejó el riel.
Retrato en sepia de letra cruel,
Raída sotana y bata rallada,
Escuela azul de gramática astada
Vilmente sellada en amarga hiel.
El olor a lápices afilados,
A tiza y barniz, chicle y regaliz,
Me despierta rostros tan asustados
Que aún bajo, Zaragoza, la cerviz
Al encuentro de curas y prelados.
Obvia señal de abierta cicatriz.
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