Se pararon todos los relojes,
estallando sus esferas,
de todas las plazas.
Las clepsidras silenciaron
su cristalino cantar.
Las áncoras, el tiempo ya no taladran.
Ángeles mexicanos
quedan en el aire posados
con las alas extendidas,
El contraluz tornasola,
sus puntillas y bordados.
Mientras en la plaza
Un hombre sólo
Un hombre y un toro, solos.
Y el aire que se está adensando
En las gargantas se paraliza el grito,
mientras la fiesta cesa en las gradas
Un perfil
Con gestos lentos de acuario
Traza un natural
---------------estatuario
¡Cuidado Tomás, que te mira la muerte!
¡Tomás, la muerte te está mirando!
Deja que mire, Manuel, yo soy quien la ha invitado.
Una torpe embestida,
un golpe mostrenco
desbarata
la sutil caligrafía que la muleta traza.
Es un río de sangre,
la vida que se desborda,
chorros de vida que riegan,
sedienta de sangre, la plaza.
Un revuelo de ángeles
Una estridencia de metálicas alas
Quieren cortar la hemorragia.
Mira a la muerte Tomás,
despliega ante ella tu capa
y la muerte doblegará
la cerviz ante tu gracia.
Esta cogida es la mejor prueba de la brutalidad de las corridas de toros. La sangre saliendo a borbotones, el peon tapando la salvaje herida con el puño, la operación sin anestesia en una enfermería de pueblo...
ResponderEliminarEn el día de hoy, me pregunto si un ruedo es diferente a una montaña. Si las Ventas es deifernte al Himalaya.
ResponderEliminarSi un alpinista no tiene alma de torero.
Ambos saben que la muerte está ahí.
Y precisamente por eso actúan.
Vladimira
Muy atinado comentario, Vladimira, pero, así como admiro la estética de Tomás, no así su esprecio por la vida. De hecho, si hubiera muertos, no creo que me hibera inspirado ningún poema. Te envío, como siempre, con banderitas de señales un afectuoso saludo desde esta isla.
ResponderEliminarYo no creo que alguien sienta desprecio por su vida.
ResponderEliminarMás bien creo que hay pasiones que matan.
La estética de José Tomás no sólo es la forma que tiene de manejar el capote,todos sabemos que esos capotes tienen algo de trágico que los hacen más intensos.
Vladimira
Soy un asiduo espectador del coso taurino (siempre que me regalen la entrada claro), no soy "entendidillo" pero lo mas grande del toreo ha sido Manuel Benitez "El Cordobés" y su "salto de la rana", de hecho este noble espectáculo ha inspirado a numerosos poetas y cinéfilos, quien no recuerda a Orson Welles fumandose un puro (hoy casi es delito)o a nuestra Ava Gardner fliteando con Mario Cabre
ResponderEliminarAhora a los toros, y a todas partes, se va de cualquier manera.
ResponderEliminarPasa igual con el teatro y con los grandes conciertos.
Supongo que el atuendo no es lo que más importa, sino la actitud del espectador pero...no se si el atuendo no forma parte de la actitud.-de respeto-.
Vladimira