Oh, Jeremy, Jeremy,
seso de digesto y cuerpo vigente,
corona legal de epígrafes inmensos
y placeres con dolores de dolores desiertos.
seso de digesto y cuerpo vigente,
corona legal de epígrafes inmensos
y placeres con dolores de dolores desiertos.
Querías inventar la rueda
y la rueda ya existía.
Pero útil fuiste,
a tu manera,
sin patentes ni aspirinas.
Sorteaste los dominios de Stanted
y bogaste por las aguas de Uqab
alcanzando estepas rusas
con hechuras de pandectas.
Precursor astral de los Curie
y abuelo virtual de Marconi
tentaste la verdad con violín turbado.
Y hasta ideaste el panóptico,
avant la lettre,
Brother Big enclaustrado.
En lo jugoso empeñado,
la fórmula felicítica atinaste.
Rocero, mordaz, inalámbrico.
Te mofaste de Rousseau
y mediste el placer
asemejando lo bueno a lo útil,
lo útil a lo mozo.
Qué hermoso, de haber descubierto el fuego,
el tomate o la patata.
Y una mañana de espejos,
-neblina londinense, rayo del Egeo-,
un código ilustrado
idearon tus entrañas.
Oh, Jeremy, Jeremy,
seso de digesto y cuerpo vigente,
bajo tu cabeza de ociosas cuencas
y de reglamento balón rodando,
piel de tambor late
vistiendo linda momia,
y un bolsillo con ojos de cristal
indaga dichas practicables.
Hombre, visto así,
desde tu sepulcro-armario
junto a un Támesis pasmado,
besando la dudosa luz del día,
visto así, querido Benthan…
útil fuiste, útil eres y útil duermes.
Deshielo, 2009
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