Norton, el fiscal, machacándome:
-Y tu viaje a Europa, la coartada, ¿verdad?.
-No, idiota: la trampa. Para sorprenderos juntos.
Norton es un enfermo: disfruta acusando. En cambio, Nora tiembla con cada condena que firma.
Atrapado, sólo tengo una salida: despertar. Pues no todo resulta verosímil: Nora, jueza, sí, pero con el cubo rubik entre sus nerviosos dedos… (me encanta verlos juguetear, pero no en pleno juicio). Yo, acusado y defensor (torpe mago). Y Norton, espectro, acusando.
Concentro la mirada en los deditos de Nora… fundido encadenado: imágenes absurdas me arrastran a la vigilia: una Colt 45 (“el muy imbécil sólo piensa en la absolución…”); dos orquídeas (”sociedad perversa que cuestiona defensas celebrando acusaciones: ‘¿usted defendería a…?’”), y un anónimo ataúd.
Despierto, al fin, en una celda. No está Nora. Sobre una mesita, el cubo mágico y el último señalamiento. ¿Por qué le disparé a ella en vez de al imbécil de Norton?
-Y tu viaje a Europa, la coartada, ¿verdad?.
-No, idiota: la trampa. Para sorprenderos juntos.
Norton es un enfermo: disfruta acusando. En cambio, Nora tiembla con cada condena que firma.
Atrapado, sólo tengo una salida: despertar. Pues no todo resulta verosímil: Nora, jueza, sí, pero con el cubo rubik entre sus nerviosos dedos… (me encanta verlos juguetear, pero no en pleno juicio). Yo, acusado y defensor (torpe mago). Y Norton, espectro, acusando.
Concentro la mirada en los deditos de Nora… fundido encadenado: imágenes absurdas me arrastran a la vigilia: una Colt 45 (“el muy imbécil sólo piensa en la absolución…”); dos orquídeas (”sociedad perversa que cuestiona defensas celebrando acusaciones: ‘¿usted defendería a…?’”), y un anónimo ataúd.
Despierto, al fin, en una celda. No está Nora. Sobre una mesita, el cubo mágico y el último señalamiento. ¿Por qué le disparé a ella en vez de al imbécil de Norton?
¿Por qué?
ResponderEliminar¿Va usted a contestar a la última pregunta o
era simplemente un retórico recurso? Pues que sepa
que llevo sin dormir unas cuantas noches,
¿por qué disparó sobre la jueza y no sobre el sádico
fiscal?
Por favor, contéstese.
Gracias, señor Servando (disculpe esta última
confianza de llamarle por su nombre)
Una víctima
Shuuuponghhoooo... sería por aquellos de los cueln-nos... digo yo... Yen désimas de segundos, no sabe a quíén de los dos matar. Deja vivo al fiscal, que encima lo acusa y lo jode, y la mata a ella (jueza) que, si la deja viva, lo hubiera condenáu.
ResponderEliminarYo, entóas formas, creo que se equivocó pol no haber matáu a los dossssss...
(digo yo, Mr. +Turbante... ;-)
(Por cierto, aun con turbante, le veo hasta la laringe, Sr. Más.)