(Extraído de "Todo amor es grande - Breve antología poética"
de Propercio. Editorial "Libros del Innombrable", Zaragoza, 2004. Traducción, notas y pie de entrada: Mariano Berdusán Cabellos).
EL POETA ENCARGA A CINTIA LO QUE TIENE QUE HACER CUANDO ÉL HAYA MUERTO.
13.B
Cuando llegue el momento en que la muerte cierre mis ojos,
atiende bien lo que quiero que hagas en mi funeral.
Que mi séquito fúnebre no se prolongue con profusión de imágenes,
y el sonido de la trompeta no sea un vano llanto por mi muerte;
ni se me tienda un lecho sobre base de marfil,
ni mi cadáver repose sobre atálica cama.
Que no haya en mi funeral una hilada de platillos con perfumes
sino más bien las sencillas exequias de un entierro plebeyo.
Bastante grandes serían mis exequias si puedo presentarme
ante Perséfone con al menos tres libros como la mejor ofrenda.
Tú vendrás detrás golpeando tu pecho desnudo
sin cansarte de vocear mi nombre,
y besarás mis fríos labios por última vez,
cuando me sean ofrendados los pefumes Sirios en el vaso de Ónice.
Después, cuando el fuego prendido me haya convertido en cenizas,
que una pequeña urna guarde mis restos,
y álcese sobre mi exigua tumba un laurel plantado,
cuya sombra proteja el lugar de mi sepultura,
y que tenga dos versos: “EL QUE AHORA YACE AQUÍ,
POLVO REPULSIVO ERA EN OTRO TIEMPO ESCLAVO DE UN ÚNICO AMOR”.
Y la fama de mi sepulcro no será menos conocida
que lo fuera el ensangrentado túmulo del héroe de Ftia(*).
Y tú recuerda, este será también para ti el camino cuando un día llegues a tu final
y vengas, ya encanecida, a estas piedras que me recuerdan.
Entretanto, guárdate de despreciarme una vez sepultado:
pues la tierra es buena conocedora de la verdad de las cosas.
¡Ojalá que una cualquiera de las Tres Hermanas hubiese ordenado
entregar mi alma ya en mi primera cuna!
¿Para qué mantener vivo el hálito de la vida para un momento incierto?
Después de tres generaciones fueron vistas las cenizas de Néstor(**):
si un soldado Gálico, en los campos de Ilio,
le hubiera acortado la duración de tan larga vejez,
no habría visto él enterrar el cuerpo de Antíloco,
ni diría: “oh, muerte, ¿por qué tardas tanto en venir?”
Tú, sin embargo, alguna vez llorarás por tu amigo perdido:
Se debe amar siempre a los seres ya desaparecidos.
Testigo es aquella cuyo níveo Adonis(***) fue herido por un cruel jabalí
mientras cazaba en las cumbres del Idalio;
se dice que en aquellas lagunas yacía tumbado el hermoso
y que hacía allí corriste tú, Venus, con tu cabellera suelta.
Pero tú, Cintia, en vano invocarás a mis mudos despojos:
pues ¿qué podrán hablarte ya mis huesos deshechos?
__________
(*) Se refiere a la tumba de Aquiles; junto a ella fue sacrificada Polixena, hija menor de Príamo y prometida de Aquiles.
(**) Rey de la ciudad de Pilos y combatiente en la guerra de Troya, recibió de los dioses el privilegio de una extraordinaria longevidad. Fue padre de Antíloco.
(***)Dios prototipo de belleza masculina y juvenil, ardientemente amado por Venus.
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