Una tarde senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. (A. Rimbaud)
sábado, 21 de marzo de 2009
Nocturno
Rizos
Ondas negras que sin huella de espuma
Danzáis firmes sobre el mar de mis sueños,
Saltando torpes sin rumbo ni dueños
En dóciles vuelos de mansa pluma.
Rizadas olas de ardiente suma
Que a la verde luna robáis diseños
Surcando en mi piel profundos empeños
Y el signo nocturno que el alba inhuma.
Seguid besando la noche en mis labios
Con el destello del volcán celoso,
De ternura urgido y desagravios.
Y que vuestro roce añil y sedoso
De luces tenues y alientos sabios
Selle en mi almohada su rastro dichoso.
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