jueves, 12 de marzo de 2009

SOBRE DILDOS, JUGUETES Y OTRAS MEMECES

Noche de insomnio en mi barricada. La crisis mella. Intento leer, imposible. Música, me encanta pero sin cascos; así que, a estas horas, nada. ¿Televisión?, terrible: cuarenta mil cadenas insoportables, (todas lo son, ¿qué esperabas?). Y de pronto, en pleno zapping, ¡milagro!, el show más desternillante. Héteme muerto de risa y sujetándome el vientre para no herniarme o, al menos, para que no se desate. ¿De dónde ha salido algo tan bueno? Ah, pero ¿va en serio? Sí, es un espacio publicitario: una pareja, “heterosexual” (el matiz se impone), muy mon@s l@s d@s, n@s venden “juguetes”.

(Para mí, “juguetes” eran los que traían los reyes. Ahora los juguetes son para los padres. Los hijos se conforman con “juegos” a poder ser digitales y violentos).

Pero pasen, pasen y vean, que no tiene desperdicio:

“San Valentín. Celébralo con un regalo romántico y sensual. We-Vibe, embalado discreto y pilas gratis. Premios: Producto Más Innovador, Venus Berlín, Juguete del Año, Sue Johanson, Talk Sex Canadá… No es frecuente que aparezca una idea totalmente nueva para un diseño de juguete, pero creemos que este es el más increíble. Es tan fino y cómodo que se puede introducir en la vagina al mismo tiempo que un pene o dildo (tomen nota: ‘dil-do’). FÁCIL DE USAR: introduce la parte estrechada y más fina… FANTÁSTICO PARA ÉL: los hombres sentirán el placer de la vibración en la vagina (¿en la vagina?, ¿los hombres…? No lo entiendo. Será cosa del “dildo” ese, digo yo…). ¡Y PARA ELLA!: los dos motores del We-Vibe producen unas “petrantes” (¡”PETRANTES”!) vibraciones en el cuerpo de la mujer, llamadas Vibraciones Armónicas que… sólo sabrás lo que son cuando las hayas probado” (sanjoderse).

¿Qué les parece? Oferta rica y jugosa: desde un maravilloso “plumero”, para hacer gozar, cosquillear y excitar (“no te olvides taparle los ojos”), hasta un clonador de pene en chocolate (“fuera de stock”), o un vibrador especialmente bueno para el juego anal, “que los chicos descuidamos esa zona. Y eso no está bien, ¿eh…? (azotitos al aire)”, pasando por un consolador mágico con arnés para que ella se lo ajuste, y, hala, a montárselo con su amiguita. O a “montar” a su amiguito por detrás.

Ah, y dos consejos. Uno de higiene económica: el sábado en lugar de gastarte una pasta invitando a tu novia a cenar, mejor quedarte solito en casa disfrutando con tu “asistente personal masturbador” y descubriendo tu punto “P” (la próstata, ¡guau!). El otro, de higiene ordinaria: mantén tus juguetes a salvo, limpios y discretos. Nuestras fundas para juguetes están hechas a mano en precioso terciopelo y satén.

Agotado de tanta risa, venzo el insomnio. Pero, horror, qué pesadilla, no me quito de la cabeza el “Elise de Lelo”: belleza y armonía combinadas en un juguete de diseño simple y de inteligente ingeniería. El Elise es suavemente curvado para adaptarse al cuerpo femenino, está hecho de silicona brillante con una agarradera de policarbonato con acabado sedoso y suave. Motores gemelos colocan las vibraciones exactamente donde las quieres, maximizando la intensidad a la vez que minimizando el ruido. Los cinco programas están controlados por medio del dial que puede bloquearse cuando te muevas o lo guardes (mejor así, que si empieza a vibrar como un poseso sobre la mesilla de noche en plena madrugada y le da por atacar…).

Ahora bien, lo que no termino de entender es cómo, tratando todo esto con tamaña normalidad insisten reiteradamente en un “em-balado discreto”. Lo menos se están refiriendo al dulce balar de… lagarto, lagarto, que me’em-balo. Me pierdo. Mejor dejarlo. No sea que me dé un ataque “petrante” y profundo, y acabe en Lelo buscando como un loco a una cabra, sin dildo, de asistente personal y, juntos, clonemos unos gemelos que nos saquen los motores. He dicho.


(El Comarcal, 20/02/09)

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