miércoles, 31 de marzo de 2010

JAVI

Javi

Balconcillos 3

Siete noches más arriba pasa el rojo hacia el púrpura. El oro camina después hacia la hoja y la hoja hacia la casa vacía del otoño. Bien, bueno, tal vez con estas pocas pero intensas imágenes a las que agarrarnos podremos escuchar las propuestas de concha (garcía) sobre la soledad, desplegadas como un silogismo desordenado: la misma soledad no me convierte  en otra persona -dice-; sería cuestión de sentir distintas soledades. Varias soledades. Muchas soledades para ir al supermercado. Que todas las soledades se dispersaran para confundir ésta: tan real, la más real, la real. ¿Nos convence la lógica que utiliza: por el todo hasta la confusión? Mmmm. Aunque, ciertamente, para valorar la propuesta de concha con equidad deberíamos escuchar el criterio de esas solitarias en el momento de aplastar la colilla con la punta del zapato.

Aunque no seas el padre de la jirafilla, puedes subir a estos balcones y asomarte: quizá veas la escena de umberto hablando a (con) la cabra, los dos atados bajo la misma lluvia por el mismo eterno dolor: balando, gimiendo, quejándose, sintiendo a la vez todo otro mal, toda otra vida.

Verás también el gallo que vuela al revés -bocarriba, espalda abajo- cuando el padre de marosa y de nidia las lleva abrazadas, en volandas, sin importarle el qué dirán de los vecinos, las magnolias o la lluvia del sur.

Parece, por otra parte, que conviene detenerse y mirar cómo todo madura -es el consejo de cesare (pavese)-; las mujeres son sabias en madurar, como las calles y la fruta -nos dice-. Y, ¡atento!, la brisa conduce el humo azul del cigarrillo ¡sin romperlo!

Átate los machos si vas a subir al balconcillo desde el que se ven los sucesos, tal como los cuenta antonio (gamoneda): con qué marcha, con qué brío nos muestra el grito amarillo del corazón, los rostros amados, el pastor de sombras, las manos invisibles, la serpiente ciega. Las últimas mentiras se disfrazan (¡de invierno!), alguien anuda las cuerdas del olvido. El perro que sangra se convierte en azul (para siempre). Ay, se acercan las madres que no olvidan: el durmiente va a despertar y te quedarás solo, frío, desnudo hasta los huesos. Acepta el extravío, entrégate a la luz donde la causa invisible comienza. Wow, ya has visto: no es fácil mantenerse encima de este potro salvaje que no tolera que lo montes.

Será otra cosa y vendrá de otra parte. Posiblemente habrá tenido una infancia difícil en la obligatoriedad de la manada, pero no estará mal como individuo: obstinado y encantador. Misterioso como el color de la carne; con su olor a azucena, como el alma. No, no: con su sima, con su dibujo bellísimo.

Entonces, haz como si vinieras de otro arco, de otro día sin mentira: como si fuera tu turno de oro.

Puedes presenciar el encuentro entre patti (smith) y arthur (rimbaud, sí, rimbaud): ella sería viuda, tal vez, en charleville o en cualquier otro lugar, campesina o granjera, arthur estaría merodeando por la granja.

La bomba del pozo -que lanza vidrio verde- la heriría en un ojo: aquí, ahora, llega rimbaud: se apoya en el umbral con aire desdeñoso, manos grandes, mejillas rosadas, endiabladamente sexy, demasiado indiferente.

Ay, su pelo, que arde entre los dedos de patti: espeso fuego de zorro, suave cabello amarillo con inconfundible tono rojo y unos piojos gordos como pulgares de bebé. Arthur, con sus fríos ojos azules que la destrozan. ¿El color del  crepúsculo? Rojo y apestando a zorro, claro.

Marchan a abisinia adén (azur, azul, denso, condensado y avivándose: bolas de cristal de colores que explotan).

Se aman y más, mucho más, en la tienda beréber: las costuras se abren, se rasgan, revientan. Wow, patti y arthur.

¿Pasaremos ahora del amor a la muerte sin cambiarnos de camisa? Mmmm. Mira el cadáver y el desorden lentísimo de su alma; su boca tiene la edad (entrecortada) de dos bocas; su número: pedazos. Todo limpio y quieto,
como si nada pasase: siniestro, cruzado por trenes lentos; las muchachas ciegas recorren el pasillo toda la noche, sus pupilas blancas y lechosas atemorizan.

Ay, ser libre no es lo mismo que ser feliz. Todos somos ayudantes de contabilidad: inscribimos y perdemos; cerramos el balance y el saldo invisible está siempre en contra nuestra. De qué herradura cerebral dimites, de qué azaroso fallo del sistema; de qué canción has escapado; por qué se marchó brownlee; en qué nos hemos convertido. Preguntas, solamente preguntas cuando lo que necesitamos son respuestas.

Fabián nos dice cómo podría ser (también) la muerte: un pasillo oscuro, la puerta cerrada, sin llaves, la basura en la mano, las voces de los vecinos alejándose. Vaya, ¿realmente habrá que llevarse a la muerte la bolsa de la basura? La muerte:
enormes cabezas con ojos de aguanieve, sin ruido ni eco, como si todo lo existente se desvaneciera: abril es el mes más cruel, etc… ¿qué queda? un bolso de viaje, la genuflexión artificial, un espejo de mano, el vestido negro de punto, el
sobretodo de rothko, fotografías. El cementerio es demasiado grande, para qué tanto cementerio.

Atento atento desde el balconcillo para aprender la receta del exacto azul del cielo: habrás de llevar una olla (grande) hasta el fuego del horizonte. Un (buen) trozo de cielo, añades las sobras de rojo de la madrugada y cribas los restos
de oro del mediodía. Un corazón de melocotón quemado para que los colores no se desprendan y ¡voilà!

No sabemos (todavía) dónde está el agua nocturna que lavará nuestros ojos, pero neruda ve y oye caer los lentos goterones solos del agua sexual: golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del alma, rompiendo cosas abandonadas y empapando lo oscuro con un movimiento agudo. A espesos goterones, a goterones sordos, con ruido rojo de huesos y piernas amarillas como espigas juntándose, y un disparo de besos: en su follaje hay huellas de heridas uvas. El sexo siempre sabe a mar de invierno: el gusto de los fondos espumosos y verdes del océano,
tal vez algas, con naufragios y sirenas en la lengua y sal en los labios.

Ahora tienes que ser discreto, muy discreto, no mires abiertamente y ten piedad: se extiende por todas partes la tierra baldía, desdichado aquel que la lleve dentro. Nietzsche se muere, pobre, en Turín. Salchichas en un cuarto alquilado.

Ay, si pudiéramos sacarlo de la sangre de su sombra, lenta y silenciosamente, sin que se diese cuenta.

Es triste como el arcoiris de aníbal: she’s a rainbow, pero el amarillo es de la (nunca) flor y del estropajo; roja su adolescencia y su sangre, pero gualda su anemia (omnipotente). Naranja el crepúsculo del horizonte (inútil); verde de los trigos (vanos); azul del cielo de paisajes (imposibles). Violeta el (seguro) futuro de sus ojeras.

Pero she’s a rainbow, a pesar de todo ella es un (triste) arcoiris.

Ay, triste también el final de terminar al borde del retrete: la mosca, las recurrentes moscas que vuelan en torno del retrete; el insistente zumbido de la mosca que vuela y vuela en torno del retrete. La mosca final esperando, absurdamente vigilando la tapa del retrete: después de ser ángel de belleza, rey de la palabra, morir algún día como la mosca española -que dura un poco más en el invierno-. Triste destino, triste final inesperado.

Está claro que nos hacen daños de consideración, pero todavía somos capaces de maniobrar (spock al capitán kirk): nos acompaña la certeza de sabernos en los límites, a un paso ya de la filosofía del perfume.

Si tan sólo muriéramos blancamente, viajando desnudos como cleopatra en una esterilizada y vaporosa bata, quizá ligeramente sedados y volátiles: los cementerios se quedarían sin puertas, convertidos en corrales de gallinas felices. Podríamos, tal vez, decir, para explicar la muerte: allí quedó dormido, y yo le regalaba y el ventalle de cedros aire daba. Mmmm. Cesó todo, y dejéme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. Mmmm.

Sube, sube a estos balconcillos y asómate sin miedo para ver de cerca los ángeles de marosa: el ángel blanco como un gallo blanco o una llamarada de blancas azucenas. El de plumaje gris, siniestro, que se parece a pariente o a vecino. Aquellos como mariposas negras a los que les ardía el envés del ala, del cabello. Los diminutos como moscas, violetas, que se dejaban alimentar con tierna miel en pequeños vasos.

Oirás la voz tajante del profeta: quédate en tu cama sangrienta: ha sido inútil la sutura negra: no hay agua en ti.

Y la postura más amable de derek (walcott): trasladar la tumba de su padre adonde pudiera amar a la vez a los dos: el mar y su ausencia.



Bajo el puente de Mirabeau (Roberto Plural)


......................................................(A Paul Celan)
Dudosa noche del alma,
bajo el puente de Mirabeau
fluye el Sena,
quema el aire,
asfixia el alba.


Un mapa de latidos inciertos
tiñe azul la amarga hierba,
los mudos labios,
la virgen muerta.

Ronca sombra del alma,
la besaste aquí,
nos besaste aquí,
me besaste aquí.


Luna, sombra, grito, rayo.
Alba suspendida.
Qué dolor de labio azul
Qué sangrienta espada rosa

La besaste aquí,
Nos besaste aquí.
Y las vastas regiones del abismo
gruñeron feroces a los pies de mi cama

Bebiste y te saciaste.

Bebiste y te saciaste
y aun así preguntaste cuándo sería la próxima vez.
Dónde.
------------------------------------¿En Luga o en Kaluga?
------------------------------------¿Cuándo?
* * *


Incierta nube del alma,
la besaste aquí,
me besaste aquí.


Perseguiste hojas sin savia,
profanaste al Príncipe de Aquitania
y derrumbaste al fin la torre abolida

Luna, sombra, grito, rayo.
Qué alarido insaciable de bruma,
qué negro perfil sediento de sombra,
qué arañazo de silbo inmerso.


La besaste aquí, nos besaste aquí.
Y las vastas regiones del abismo
sembraron los cauces
de negra leche del alba.
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martes, 30 de marzo de 2010

JAVI

------------------JAVI

En esta tarde de semisombra (Vladimira Pund)



En esta tarde de semisombra.


Me acecho como un cazador a su presa

espero ese momento en que el dolor me permita atacar.

Ese instante negro

De confusión, de génesis, de destrucción.

En el que por fin muera a manos de mi esperanza.



Morirá lo verde

ese día negro.

Ya no me hará falta.



Sólo tengo que esperar

a no esconderme de mí misma



EN LA TRASNOCHADA 14 (María Jesús Mayoral Roche)


Villamayor de Gállego 30 de marzo de 2010

En la trasnochada escucho el eco de los tambores preparando la Semana Santa. La historia más grande de nuestra civilización se vuelve a conmemorar. En medio de tanto ruido apenas escuchamos ni prestamos atención al significado de estos días. La Semana Santa se ha convertido en relax, playa, montaña, viajes… Lo importante es saber si va a hacer buen o mal tiempo, si se va a poder disfrutar de lo que sea, el caso es disfrutar y no pensar en nada.

Otra forma de vivir la Semana Santa es asistir a las procesiones. En Zaragoza son días de bombo y tambor, de pasos, cofrades, faroles, manolas; me atrevería a decir, sin intención de molestar a nadie, de espectáculo. Pero, en medio del mundanal ruido, nos estamos olvidando de la esencia, del mensaje que nos dejó Aquel que derramó su sangre para decirnos que nos amásemos los unos a los otros. Un mensaje sublime hasta para los no creyentes.

En medio de todas las novedades que van surgiendo cada año en torno a la Semana Santa zaragozana, el próximo jueves a las doce de la noche saldrá, como siempre, La Piedad. En la madrugada del viernes el silencio se adueñará de la noche y en la Plaza del Justicia todo estará dispuesto -como se viene haciendo desde 1.938- para dejar paso a La Piedad. La procesión más sobrecogedora de cuantas salen en Zaragoza. Es su silencio, su recogimiento, la sobriedad de su hábito, su Cristo y la carroza de la Virgen de la Piedad, obra del escultor murciano Antonio José Palao; lo que hace en todo su conjunto una procesión que invita al rezo. Es la propia historia de la cofradía la que le confiere una tradición seria, sin exhibicionismos, sin toques de tambor estridentes, sin frivolidad; sino más bien viviendo la Semana Santa, sintiéndola.

Pero cuando hablamos de historia es volver al recuerdo de tiempos pasados, tiempos que nada tienen que ver con estos. Años en los que La Piedad iba poco acompañada, era la España de serenos y la gente no salía, o no se atrevía a salir de noche ni siquiera para acompañar a los “pasos” de la Semana Santa. Y los cofrades, fieles a la tradición, vistiendo con sus austeros hábitos(*) de lana blanca y capirote azul confundiéndose bajo la noche, con la cruz de Jerusalén bordada en rojo sobre el pecho y el símbolo de la Virgen en azul, salían en la madrugada con La Piedad para vivir su devoción. Sólo las baquetas increpaban al silencio en aquellas noches ausentes de público. Pero la historia de esta cofradía la han hecho sus cofrades, con sus momentos, con las vidas de los que han tirado de la carroza de La Piedad aún sabiendo que iba a ser la última vez que tiraban de ella, rezando como lo habían hecho siempre. Y es historia también, el privilegio que obtuvo esta cofradía para indultar a un preso, que vestido como un cofrade más junto a otros sale en la procesión. El Jueves y Viernes Santo veremos mesas presididas por los cofrades de la Piedad ayudando a la Hermandad del Refugio en su colecta anual destinada a los más necesitados. Hablar de La Piedad es hablar del verdadero espíritu de una cofradía, de una devoción que todavía subsiste a pesar de los tiempos que corren.

En la madrugada del Viernes Santo, ¡silencio!, sale La Piedad. ¨

María Jesús Mayoral Roche

¨¨¨¨¨¨
(*) El diseño del hábito de esta cofradía lo hizo el arquitecto Regino Borobio Ojeda.



Foto.- Imagen de Nuestra Señora de la Piedad, Iglesia de Santa Isabel (Zaragoza).

Rebelión en Shangai. Detalle. (Servando Gotor)

TODA LA VIDA por Javi

-¡Acelera, los alemanes no van a esperar toda la vida! La perentoria orden del déspota sentado a su lado interrumpió y se confundió con la rememoración de la tarde anterior cuando Clara hacía sus maletas: “Yo necesito alguien que sepa dónde quiere ir y no voy a esperar toda la vida”

El familiar calambre en el estómago no le mejoró el estado de ánimo. Aquella úlcera era el testigo de demasiados apremios. Miró a su jefe que tenía el rostro congestionado por la exasperación que le producía la extremada lentitud. Le sonrió, miró hacia el barranco y cumplió sus órdenes.
 
Javi

CRONICA DE LUJO (Por Azulenca)

Ha nacido una estrella, una estrella del cine mudo, nada más y nada menos. Ha sido en la Uno de TVE, en el Telediario de a mediodía. La estrella se llama Leire y es la nueva musa del cine mudo, mejor dicho, de la noticia muda. Yo, que permanezco atenta al Telediario sin pestañear, sin mover pie ni pata y en esas estoy cuando veo aparecer a La Pajín detrás de un atril, así, tan abultada como la nómina que cobra a fin de mes. La veo en acción y presto atención a ver con que nuevas nos deleita, pero no dice nada. Sobre las imágenes mudas de Leire da la noticia la incombustible Ana Blanco. Y me quedo sin habla viendo a Leire sin voz, gesticulando mucho, con el comentario sucinto de la Blanco. Y aun sin voz la Pitonisa Leire se expresa muy bien, en posición de ataque y mal carada: seguro que estaba despotricando contra el P.P. Eso sí, el pelo sensiblemente mejorado, lavado y marcado. Toda una estrella mi Leire. No obstante que se ande con cuidado la Sibila, esto de dejarla sin voz en el Telediario de las tres no sé yo…

El otro día apareció Zp por Bruselas como recién salido de un programa del Caiga Quien Caiga: traje oscuro y gafas negras. Y así, sin comerlo ni beberlo, ofreció una ayuda a Grecia de dos mil millones de euros. Será por dinero…. Tú que no puedes llévame a cuestas. Vestido de esa guisa y lanzando semejante fanfarronada pensé que, en lugar de presidir la E.U, sería mejor que le dieran un espacio en TV para hacer terapia y que se quite la gana de decir pachuchadas.

ETA ha asesinado en Francia a un policía francés, Mayor Oreja dice que el gobierno está negociando con ETA. Y con la que está cayendo llega Pepiño Blanco y suelta, que lo que le pasa a Mayor Oreja es que tiene mono de poder. Eso es lo que se llama un comentario contundente, con fundamento.

Y mientras el país quiebra y se requiebra, José Bono le regala a un hijo un pisazo de aquí te espero, todo lujo. En Mallorca, Jaume Matas comparece ante el Juzgado por el caso Palma Arena sin perder el tipo, todo digno y bien puesto; pero le han quitado el pasaporte, por algo será. Y la Ratita Presumida del Gobierno (Elena Salgado) aparece en el congreso muy ornamentada, a la última como siempre, con unos pendientes de aquí te espero, nada sencillos. A toda esta cuadrilla la crisis no les afecta, les resbala. A ellos sólo les va el lujo.

Entre tanto la oposición la monta en cuanto puede en el Congreso con cifras y números, las sueltan como una letanía; entre rife y rafe utilizan todos los micros del escaño como si estuvieran discutiendo con ellos, a tortazo limpio. Mucho cabreo con el micro pero poco contenido en las palabras. Desde que no se mide Mariquita Pérez (Soraya Sáenz de Santamaría) con la Sacerdotisa de la Moncloa (de la Vega) el asunto aún pierde más interés, sólo cifras y tú más.

Pero la que ha “choteao” de lo lindo este fin de semana ha sido La Sacerdotisa de la Moncloa. Ella, junto a las hijas de la paridad creadas por Zp (ministras) se han reunido en Valencia con las mujeres del África Negra, perdón subsahariana. Tere Fdez. de la Vega estaba en su medio. Ha sido una Cumbre preciosa y llena de color, sobre todo color, eso es lo que le gusta a nuestra Sacerdotisa. Resumiendo. No han dicho nada, cuatro palabras bonitas e incomprensibles, buenos sentimientos de paz en el mundo, algo así como lo que se desea en los crismas de navidad y nada más. Una cumbre preciosa, preciosa. La que más ha dicho ha sido Rita, la alcaldesa de Valencia, que ha dado las quejas por no invitar al Presidente de la Comunidad Autónoma de Valencia. Seguro que tenía un traje muy bonito para ponerse, de esos que tan bien le sientan al señor Camps. Bueno, que no se enfade, hay más días que longanizas.

sábado, 27 de marzo de 2010

DOCUMENTOS: MANIFIESTO CRACK (I.- La feria del Crack -una guía-)


Aunque una barricada de verdad está (o debe o debería estar) reñida con catecismos, panfletos y doctrinas, ello no anda reñido con el conocimiento de las distintas tendencias, aunque sólo sea para conocerlas y poder defendernos de ellas.  En todo caso, habida cuenta el estado terminal de la novela como género (que -cómo no- coincide con el mayor número de concursos y premios literarios de la historia),  casi es de agradecer que las últimas generaciones (como la que nos ocupa, la autodenimonada "crack") se planteen al menos el problema (si es que es un problema, que tampoco tenía por qué serlo). 

En fin, aquí va la primera entrega de cinco del manifiesto crack elaborado por cinco novelistas mejicanos, en 1996.

Para mayor información remito a wikipedia, adelantando la siguiente infor-mación de allí extractada:

Originalmente era un grupo de cinco novelas de autores mexicanos, publicadas en 1996 con un Manifiesto Crack común. Estas son Memoria de los días de Pedro Angel Palou, Las Rémoras de Eloy Urroz, La conspiración idiota de Ricardo Chávez Castañeda, Si volviesen sus majestades de Ignacio Padilla y El temperamento melancólico de Jorge Volpi.

El Manifiesto tenía asimismo la intención de retomar la estética del boom latinoamericano. Se trata de un texto muy singular, pues está constituido por cinco fragmentos: "no hay un profeta, sino muchos".[3] Pretendía provocar una fisura en la tradición literaria inmediata anterior para regresar a lo que se identificaba como la mejor literatura, que según los autores comprende sobre todo las obras de los clásicos.

Más tarde se convirtió en un grupo literario en el sentido de amigos escritores con afinidades estéticas, como la osadía dentro del marco de la ambición y el rigor artístico

Vamos con la primera entrega del manifiesto:



I. LA FERIA DEL CRACK (UNA GUÍA)

MIGUEL ÁNGEL PALOU

Las palabras más certeras sobre los retos que se le plantean a las novelas del Crack las iba a pronunciar, creo, Italo Calvino en Seis propuestas para el próximo milenio. En esas páginas, Calvino proponía una reflexión necesaria hoy, cuando la literatura y, sobre todo, la narrativa ven desplazado a su lector potencial por las tecnologías del entretenimiento: los juegos de vídeo, los medios masivos y, recientemente, para quien pueda solventarlos, los juegos de realidad virtual en los cuales oh, paradojas el desarrollo un individuo provisto de un modernísimo casco y un anatómico guante puede ver, oír e incluso palpar las aventuras que un disco compacto le proporcione.
¿Cómo podrá competir, entonces, el narrador con sus escasos medios para granjearse a los lectores perdidos en ese vasto mundo de pocas tinieblas? Calvino, adelantándose, supo la respuesta: usando las más añejas armas del oficio digan lo que digan sobre la prostitución más viejo del mundo:

La levedad. Calvino ponderaba esta virtud de la literatura, pensando que obras como Romeo y Julieta, el Decamerón o el propio Quijote construían su poderosa maquinaria narrativa en función de una extraña ligereza. O mejor: de una aparente sencillez. Era más fácil manejar un terrible mensaje moral mediante este recurso. La aguda mirada, la ácida crítica social, se encuentran supeditadas a un ligero y fresco humor no exento también del más terrible de los sarcasmos. Decía  Chesterton que el humor en literatura debe producir hilaridad, pero congelando la sonrisa en una mueca reflexiva que detenga el tiempo y desentierre el espejo.

Primer territorio de la feria del Crack que con ustedes hemos visitado: El Palacio de la Risa.

La rapidez. Los teóricos de la comunicación saben desde hace tiempo que a la implosión de los información va aparejada la deflación del sentido. La guerra del Pérsico, la primera vía satélite, nos ilustró sobre esto; en realidad no supimos nada, aunque creíamos verlo y conocerlo todo. Sin embargo, no podemos negar que lo primero que asombra es la frialdad aterradora. Si poco después de principios de siglo el mundo se cimbró, y el verbo es gráfico, con el hundimiento del Titánic, hoy las tragedias de la guerra de Sarajevo ni impactan ni conmueven: informan.

Segundo territorio visitado: La Montaña Rusa.

La multiplicidad. El Quijote es quizá la obra múltiple por excelencia en la historia de la literatura. Gargantúa le pisa los talones y el Tristam Shandy le lleva la maleta. Hoy, es ocioso apuntarlo, la propia realidad se nos arroja múltiple, se nos revela multifacética, eterna. Se necesitan libros en los cuales un mundo total se abra ante el lector, y lo atrape. en nuestros anterior apartado usábamos este mismo verbo, pero aquí la estrategia es distinta. No es de vértigo, sino de superposición de mundos de lo ue se trata. Usar todo el potencial metafórico
del texto literario para decirnos nuevamente: "Aquí están ustedes, encuéntrense".

Tercer territorio recorrido en la feria del Crack: La Casa de los Espejos.

La visibilidad. Virtud última de la prosa, su textura cristalina. El propio Flaubert lo veía así: "Qué perro asunto es la prosa! Nunca acaba uno de corregir. Un buen fragmento de prosa debe de ser igualmente rítmico y sonoro que un buen verso". No ocioso formalismo, sino búsqueda de la intensidad de la forma, uso a fondo de las virtudes magníficas del idioma castellano y de sus múltiples sentidos.

Cuarto puesto de la feria: La Bola de Cristal.

La exactitud. Calvino nos prevenía sutilmente que aisláramos los valores de los que hemos estado hablando. Y es con este último apartado que podemos ilustrar cómo no hay exactitud sin precisión, cómo no existe velocidad sin precisión y exactitud, y cómo es imposible la levedad sin el vértigo, la transparencia y la rapidez. Exacto es todo buen texto de prosa. Más aún, equilibrado. La añeja preocupación del fondo y la forma es gratuita cuando una obra literaria busca con devoción la exactitud. Lo sabía Conan doyle, para quien el efecto lo era todo. Para lograrlo, hay que recurrir a todo lo demás. Pero quizá la mayor enseñanza de esta propuesta de Calvino sea la de hacernos comprender que no es posible la exactitud de la obra literaria si ésta no se da naturalmente, conseguida sin esfuerzo. Picasso dixit: "La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando". ¿Qué queremos decir? Agilidad, poder de descripción (y describir es observar con la intención de hacer las cosas interesantes, como quería Flaubert, pero también seleccionar esas pequeñas grandes cosas, que no sólo forman parte de la vida, sino que son la vida) y ese ingrediente que permite al lector continuar sin descanso la lectura y aumentar su curiosidad. Ahí se revela la importancia que debe conceder el narrador de fin de siglo a la exactitud que implica poner la palabra precisa enel momento adecuado.

Y con esto damos término al penúltimo lugar visitado: El Tiro al Blanco.

La consistencia. Italo Calvino planeaba escribir este apartado basándose sólo en el análisis de uno de los textos más hermosos de Melville, Bartelby, el escribiente. Este extraño personaje, empleado de una notaría, se niega poco a poco a participar de la existencia, repitiendo la frase "prefería no hacerlo". Al final del relato, Bartelby es encerrado y muere repitiendo la sentencia, negándose incluso a comer.

Consistente con su proyecto de vida y con su futuro, la novela del Crack se antoja como renovación desde el tradicional último espacio a visitar: recorrer nuevamente, y con la misma voluntad de naufragio, la feria del Crack, mostrada en

-el siguiente tetrálogo.

1. Las novelas del Crack no son textos pequeños, comestibles. Son, más bien, el churrasco de las carnes: que otros escriban los bistecs y las albóndigas. A la ligereza de lo desechable y de lo efímero, las novelas del Crack oponen la multiplicidad de las voces y la creación de mundos autónomos, empresa nada pacata. Primer mandamiento: "Amarás a Proust sobre todos los otros".

2. Las novelas del Crack no nacen de la certeza, madre de todos los aniquilamientos creativos, sino de la duda, hermana mayor del conocimiento. No hay, por ende, un tipo de novela del Crack, sino muchos; no hay un profeta, sino muchos. Cada novelista descubre su propio pedigrí y lo muestra con orgullo. De padres y abuelos campeones, las novelas del Crack apuestan por todos los riesgos. Su arte es, más que el de lo completo, el de lo incumplido. Segundo mandamiento: "No desearás la novela de tu prójimo".

3. Las novelas del Crack no tienen edad. No son novelas de formación, y rehúyen la frase de Pellicer: "Tengo años y creo que el mundo nació conmigo". No son, por ende, las primeras novelas de sus autores doce las tentaciones de la autobiografía, del primer amor y del ajuste de cuentas familiar pesan por sobre todas las cosas. Si la posesión más preciada del novelista es la libertad de imaginar, estas novelas exacerban el hecho buscando el continuo desdoblamiento de sus narradores. Nada más fácil para un escritor que escribir sobre sí mismo; nada más aburrido que la vida de un escritor. Tercer mandamiento: "Honrarás la
esquizofrenia y escucharás otras voces; déjalas hablar en tus páginas."

4. Las novelas del Crack no son novelas optimistas, rosas, amables; saben, con Joseph Conrad, que ser esperanzado en sentido artístico no implica  necesa-riamente creer en la bondad del mundo. O buscan un mundo mejor, aunque sepan que tal vez, en algún lugar que no conoceremos, tal ficción pueda ocurrir. Las novelas del Crack no están escritas en ese nuevo esperanto que es el idioma estandarizado por la televisión. Fiesta del lenguaje y, por qué no, de un nuevo barroquismo: ya de la sintaxis, ya del léxico, ya del juego morfológico.
Cuarto mandamiento: "No participarás en un grupo en que te acepten a ti como miembro".

------------------------------------------------------------------------Ilustraciones: Servando Gotor

viernes, 26 de marzo de 2010

JAVI

NACHO, SU NOVIA Y LA ORDENANZA DE LA BICI (Servando Gotor)

Nacho está contento por una noticia del Heraldo. Su imagen viene siendo habitual hace años en los medios junto a su novia, ambos en bici y los dos en pelota picada en las manifestaciones ciclistas o antitaurinas. Nacho lleva el pelo tan largo que le llega al culo (trenzado a lo rasta, que cuando lo alisa le alcanza el pie). Nacho y su novia, cuando van vestidos, llevan una kufiyya al cuello para demostrar su posición en el conflicto palestino y, sobre todo, lo modernos que son. No pagan IBI porque son okupas, rondan los veinticinco -que es como rondar los catorce hace treinta- y no saben hacer la “o” con un canuto. Pero la doctrina (pseudo)progre la conocen al dedillo.

Tampoco se les puede exigir más porque son víctimas del ‘a-sistema’ educativo que la cuadrilla de “etcéteras” que nos han venido gobernando tantos años (PSOE, PP y nacionalistas) implantaron, sin solución de continuidad, en este solar. Además son jóvenes y rebeldes y tienen derecho a serlo, que, como decía aquel, quien no es rebelde de joven es imbécil y quien lo sigue siendo a los cuarenta es doble imbécil. A cada edad lo suyo, “that is the question”.

Ahora vean un extracto de la noticia:“El Ayuntamiento de Zaragoza sacó ayer a concurso las obras de señalización de las calles de un solo carril de la ciudad, en las que la velocidad de la circulación quedará limitada a un máximo de 30 kilómetros por hora. La medida, recogida en la ordenanza de la bicicleta, afectará a todo el casco urbano (…) salvo las vías principales, en las que se seguirá circulando a un máximo de 50 kilómetros por hora (…) El presupuesto de las obras, que se financiarán con cargo al Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local, rondará los 300.000 euros (…) Según explicó Carmen Dueso (concejal de Servicios Públicos) ‘la medida forma parte de un paquete de propuestas para la pacificación del tráfico y para que la ciudad sea más humana y más amable’. ‘El objetivo es doble: por un lado se fomenta la convivencia entre todas las formas de movilidad y, por otro, se potencia la seguridad vial, con menores riesgos para conductores, peatones y ciclistas’ (…) Según el Ayuntamiento (…) Zaragoza es la primera ciudad que toma esta decisión.

Insisto, a mí no me parece mal que Nacho y su novia se alegren, casi hasta me preocuparía lo contrario. Lo que me parece mal es que quienes nos gobiernan, por motivos partidistas (como siempre) nos impongan por la fuerza una forma de vida radical apta sólo para imberbes. Claro que si a estas alturas la sociedad no se levanta ni se monta su propia barricada, es que la sociedad se lo merece. Sin más. Máxime cuando la iniciativa surge no por convicción sino, con fórceps, por la perentoria necesidad de gastar 300.000 euros del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local (segundo Plan E).

Insisto en lo de siempre: la ciudad “más humana” y “habitable” que nos venden es una ciudad muerta (sin tráfico, sin gente y –por tanto- sin comercios: sólo grandes superficies); sin accidentes (imposible lo haya); jurídicamente insegura (¿por este tramo hay que ir a 30 ó a 40?, don’t worry, el agente lo aclarará a golpe de denuncia); públicamente rentable (al menor desgaste de la calzada sin rebaja del impuesto de circulación se añaden las nuevas multas)… Y a todo esto soportando las risas de Nacho y su novia en pelotas desde sus bicis mientras nos adelantan. En fin, cada vez nos parecemos más a China. Pero a la de hace cuarenta años, a la de Mao: todos en bici y con uniforme. Un uniforme hecho de pelos y piel: de p(i)el-o-tas.


(El Comarcal del Jiloca, 19/03/10)

miércoles, 24 de marzo de 2010

PEGA, PERO NO RECETES (Antonio Envid Miñana)


“Pega, pero no recetes” retaba don Juan Moneva al rector de la Universidad zaragozana y catedrático de Medicina Royo Villanova. Sin embargo, aquellos simpáticos e ingenuos personajes de la Zaragoza decimonónica no podían imaginar que estaban enunciando un grito de libertad contra la maldad a que podía llegar el afán de lucro de la industria farmacéutica de algo más de un siglo después.

Seguramente los efectos de la talidomina, que azotó Europa durante la década de los sesenta del siglo pasado, fueron fruto de una mala praxis en la investigación farmacéutica. Las miles de criaturas que tuvieron que cargar toda su vida con horribles malformaciones no era el resultado conscientemente querido por el laboratorio comercializador de este medicamento. Sin embargo, en ocasiones, el desmesurado deseo de ganancias de esta industria puede inducir riesgos a la población de una forma consciente.

La industria farmacéutica mueve al año más de 200.000 millones al año, y nada les detiene para lograr un constante incremento de sus beneficios. Su poder es inimaginable y capaz de corromper cualquier persona y estructura. Además se halla fuertemente concentrado, pues sólo 25 corporaciones controlan el cincuenta por ciento del mercado mundial y, de ellas, seis empresas concentran la mayor parte.

Ni la OMS ni la UNICEF son siempre acreedoras de la presunción de altruismo que debería de rodear sus actuaciones, su historia registra más de un episodio oscuro; no siendo fácil de comprender, por ejemplo, que puedan ser compatibles los fines de protección a la infancia de UNICEF con sus masivas y costosas campañas de esterilización y anti natalidad. Ambos organismos se encuentran hoy enfrascados en convencer a las madres subsaharianas de que es más saludable para sus hijos las leches maternizadas que el pecho materno, y ello aun a sabiendas de las desastrosas consecuencias cosechadas en el pasado por alimentar a estos niños con leches disueltas en aguas contaminadas. ¿Qué se busca, la salud de estos infantes o desarrollar el mercado de multinacionales como Nestle, amén de aumentar la dependencia de estas regiones con el Occidente?

No olvidado el fiasco provocado por la alarma de la “gripe aviar” (que en total habrá provocado en todo el mundo unas cien muertes) se desata la alarma social, perfectamente orquestada, echando mano incluso de la OMS, de la “gripe A” (pronto se eliminó el calificativo de “porcina”, pues recordaba demasiado al gran fiasco de la “aviar”) convenciendo a todos los países del planeta para que desembolsaran millones de dólares en la compra del “tamiflu” y de vacunas. ¿Cuántas dosis de vacuna compró España, veinticinco millones como anunció el Ministerio de Sanidad? Qué negociazo para Sanofi-Aventis. Ojo, no critico la actuación de la ministra Trinidad Jiménez; dada la situación de histeria colectiva que supieron crear los laboratorios, seguramente no quedaba más remedio que tirar esa ingente cantidad de dinero.

Mientras la industria farmacéutica crea enfermedades para dar utilidad a los antídotos que ha patentado, las enfermedades reales, que afectan a los pobres, como la malaria (que causa unos dos o tres millones de muertes al año) o el dengue o el mal de Chagas y otras, de las que mueren medio millón de personas anualmente, apenas si merecen su preocupación (actualmente, dicen, que hay unos mil ochocientas drogas contra la obesidad pendientes de registro).

Con ser preocupante lo anterior, todavía es más espeluznante el campo de los fármacos en el área de la psiquiatría. En una sociedad que trata de eliminar, por todos los medios, al incómodo, al diferente, al raro, al que piensa por su cuenta, es cuestión de tiempo el que se alíen los Gobiernos con los todopoderosos laboratorios fabricantes de drogas contra la “alienación”. Siempre es más políticamente correcto motejar de pobres enfermos mentales (a quienes hay que ayudar a recuperar su salud) a los que no encajan en el standard, que tildarlos de opositores, revolucionarios, asociales y rodearlos de una aureola de rebeldía. Que la fobia social se esté tratando con fármacos que no son inocuos, cuando cualquier persona sensible e informada ha de sentir cierto incomodo ante una sociedad tan imperfecta, ya es un augurio de lo que puede acontecer. Que se haya calificado como enfermedad “el trastorno de comportamiento perturbador no especificado”, aparte de que lo peculiar de ella sea su inespecifidad, es bastante perturbador. ¿Qué pensar del “trastorno de incumplimiento terapéutico”? ¿Quién podrá sustraerse a la tiranía de la bata blanca a partir de tan útil descubrimiento?


Antonio Envid Miñana

martes, 23 de marzo de 2010

EN LA TRASNOCHADA, 13 (María Jesús Mayoral Roche)

Villamayor de Gállego, 22 de marzo de 2010

En esta trasnochada todavía siguen los ecos entre toreros y detractores de la Fiesta. Allá en los años cincuenta y sesenta los toros eran la imagen más exportable de España. Casi todos los extranjeros carismáticos que visitaban nuestro país querían asistir a una corrida, el NO-DO se encargó de inmortalizar las imágenes. Mujeres bellísimas y muy sonrientes como la Gardner, Jackie Kennedy o Grace Kelly contemplaban la faena llenas de emoción desde la barrera. Hombres de la talla de Ernest Hemingway y Orson Welles seguían con interés el mundo de los toros. En aquellos tiempos el torero era una figura casi mítica y la tauromaquia un arte.

En el siglo XXI las cosas han cambiado sensiblemente. En algunas regiones españolas como Cataluña se está cuestionando la prohibición del espectáculo taurino. Que lo cuestionen es una cosa, pero que se prohíba me parece que es sacar las cosas de quicio. Si los catalanes prefieren bailar sardanas en la plaza de Sant Jaume y levantar castillos humanos en el aire me parece muy bien; pero por otra parte hay un público que llena hasta la bandera La Monumental de Barcelona cuando torea José Tomás. En la variedad está el gusto y hay gente para todo, gente que baila sardanas y gente que va a los toros. En este debate, más antitaurino que otra cosa, los toreros han querido entrar al trapo y en mi modesta opinión han bajado un escalón ético-profesional. El arte no se cuestiona.

Siempre que visito Italia me formulan la tópica pregunta. ¿Qué piensas de los toros? ¿Qué sentido tiene la Fiesta? Siempre respondo lo mismo. Ante todo hay que ser español para entender la Fiesta y segundo, el toreo para mí es un arte. Ante mis palabras me encuentro con el rostro estupefacto de mis interlocutores. A continuación añaden. ¿Pero no es muy sanguinaria? Esta es, lo reconozco, una pregunta que me puede.

Me pongo muy seria y empiezo a describir la Fiesta. En el ruedo el toro y torero se desafían, el toro va armado y el torero se defiende con un simple engaño, un capote; el hombre lo muestra y el animal se lanza sobre él con fuerza y bravura. El torero debe defenderse con habilidad y valentía haciendo de cada pase con el capote un arte. La parte sanguinaria de la Fiesta son las suertes de varas y banderillas; pero el animal acude una y otra vez, acomete contra el caballo, intenta derribarlo, no se doblega, es su naturaleza. Tampoco se doblega ante las banderillas; aunque se duela el toro lucha de forma natural hasta llegar al último tercio, el de la muerte. El torero muleta en mano debe someter al toro jugándosela, poniendo su figura entre los cuernos, dando capotazos con arte y trapío, como debe ser. El reto se hace a espada, ha llegado la hora de la verdad y el torero se la juega con el toro en un cara a cara. Es el momento más serio de la fiesta, el auténtico desafío entre el hombre y un animal bravo, con casta. En la plaza el silencio es sepulcral. El sentido de la Fiesta es una emoción, es el arte hecho tragedia. El torero puede morir en la arena, de hecho algunos han muerto en el ruedo. Pero esta es, por así decirlo, la parte más trágica de la Fiesta; luego está la otra cara, la alegre: el sol, la plaza, el albero, el paseíllo, los trajes de luces, los caballos enjaezados, el pasodoble, el ¡olé, olé y olé! El entusiasmo de la gente ante una buena faena, el abucheo cuando el torero o el picador hacen sufrir al animal. Pero decir esto de la Fiesta sería decir muy poco, los toros tienen un origen ancestral, se remontan a la Grecia del Minotauro y no es un patrimonio exclusivo de los españoles. Hay toros en Francia, en Portugal, en Sudamérica y pronto habrá en Japón. El toro como animal vive gracias a la Fiesta y para ella.

Tal y como lo explicas, -me dicen mis amigos italianos- la cosa cambia, viendo las cosas desde esta perspectiva dan ganas de asistir a una corrida.

Para mí el toreo es un arte. Puede que sea un arte de difícil comprensión para los extranjeros y quizá una región como Cataluña que va para nación se añada a dicha incomprensión sobre la Fiesta Nacional. Pero mal que nos pese sin toros no hay pasodoble, sin toros no hay ¡olé! que valga.

lunes, 22 de marzo de 2010

BALADA DE LA SUDAQUITA (Antonio Envid Miñana)

Llega el nuevo día
pero sus horas ya están viejas,
arrugadas, sobadas,
chorreando sucia grasa
de rutina.

La boca del metro,
Leviatán urbanita,
con impía crueldad
engulle a gentes
somnolientas

El niño ajeno y satisfecho,
que con cariño usurpado cuida,
le regala una sonrisa.

Una vez al mes le llega
por un hilo más sutil
que la seda
la voz de sus hijos,
atravesando
un océano de tristeza.

Llegará un nuevo día,
pero sus horas ya serán viejas.

(febrero 2010)

CRÓNICA DULCE (Por Azulenca)

Yo no sé si vivo en España o en el Reino del Disparate. Miguel Sebastián un ministro con pocas luces nos regala una bombilla, Díaz Ferrán un especialista en arruinar empresas preside la CEOE, la niña Bibiana propone el feminismo como asignatura troncal en las universidades. Que empiece por la Grecia de Aristóteles que tiene mucha materia. Lo mejor de esta semana han sido las declaraciones de La Gran Sacerdotisa de la Moncloa (de la Vega) que dice haber trabajado mucho y seguir trabajando en este gobierno. Afortunada La Sacerdotisa, debe ser la única en España que tiene mucho trabajo. Simpática ha sido su presencia en el balcón consistorial de Valencia, atrincherada detrás de Rita Barberá, aguantando discretamente el abucheo del pueblo valenciano. Tere no es consciente del peligro que corre su persona en tiempos de fallas, lo mismo la confunden con un ninot y sale chamuscada.

Hablando del paro, yo que soy muy observadora o muy alcahueta, según se mire, contemplo a diario en el paisaje urbano una nueva figura: el paseador de la carpeta. Paraos y paraos haciendo cursillos, preparando oposiciones, yendo y viniendo al INEM, a los sindicatos… También oigo conversaciones callejeras en torno a las sedes sindicales. El otro día un grupo de hombres carpeta en mano salía de un sindicato, uno de ellos hablaba en voz alta al resto: es como estar de vacaciones –decía-, no me hago a la idea. El paro además de ser un problema social puede convertirse en una ruina moral, no hacer nada, no tener una ocupación, en muchos casos, lleva al bar, al juego, a la vagancia. Esperemos que la figura del paseante de la carpeta desaparezca pronto del perfil urbano y pueda recuperar un puesto de trabajo digno. Y antes que caer en la bebida o en el vicio mejor nos quitaremos el amargazón con un dulce.

¿Y la oposición qué? Pues muy formalita, levantando el dedo índice a modo de reprimenda, sólo les falta decir nos chivaremos a la madre superiora. La hobbit (Soraya Sáenz de Santamaría) habla afectadamente, saca los ojos de las órbitas, quiere decir mucho y ayudada de esa gesticulación acaba ridiculizándose más a sí misma que al gobierno. La de Cospedal parece un personaje de la Casa de Bernarda Alba, con esa indumentaria que se enfunda últimamente y escudada detrás de un atril, seria seria, parece alejarse del panorama de actualidad español cada vez más. Respecto a la subida del IVA dijo que cada partido se retrate. Pues está el país como para retratarse, está el país como para echar fotos. ¿Y las preguntas que formulan al gobierno? Hay un tal Gil Lázaro que le da por preguntar todas las semanas a Rubalcaba sobre el Caso Faisán. Con esa forma de interrogar sin rasmia va a dejar el caso Faisán en pájaro de cuenta. Analizando la estrategia que emplea la oposición está claro que quiere acosar y no sabe, quiere poner el cascabel al gato pero no tiene cascabel.

Nuestro Felipe González que se había convertido en Felipe del Caribe, con ese bronceado, con esas idas y venidas allende los mares; parece ser, según las últimas informaciones, que se le ha quedado corto el océano y que va a cambiar las aguas por las arenas. Se ha comprado una mansión en Tánger de super-mega-rico, basta ver las fotos para apreciar el lujo. Ya sólo le falta que el Rey le dé un título nobiliario. Marqués de de Sierra Morena le quedaría bien.

A propósito del Rey. Todos le pusieron falta en el funeral de Miguel Delibes, ningún miembro de la Casa Real se acercó a dar el pésame a la familia. Está claro que los Borbones prefieren acudir donde hay ruedas, raquetas, balones, esquíes…

El miércoles tarde de lujo, al cine y a la librería. El concierto, en los Cines Renoir, una delicia de película, encantadora. Mentalidad rusa, realidad rusa y como remate final el Concierto para Violín de Tchaikovsky. Sublime. Quizá sean técnicamente perfectos los alemanes a la hora de dirigir una orquesta; pero nadie como un ruso a la hora de dirigir un concierto de Tchaikovsky, el ruso deja el alma en la batuta. A la salida del cine me acerqué a la Librería Antígona para comprar libros raros, esos “libricos tan majicos” que le gustan a Servando.

domingo, 21 de marzo de 2010

DEJARE SEÑALES AMARILLAS (José Antonio Vizárraga)

“Dejaré señales amarillas”, dijo. “¿Pero cómo?”, le dije yo. “Sí, hombre” -añadió- “papelitos de esos de las oficinas. Postit”. “Como si fueran migas”, dijo después. Y colgó. Miré el reloj. Las siete. Y la ciudad cubierta por la niebla. “Lo que faltaba”, pensé. “Con la vista que tengo”. Una ducha rápida, bien caliente, tres o cuatro sueños incontrolados entretanto (el cuerpo, el calor, aquel lago), el abrigo luego y a la calle. Las ocho y media. Sin coche ni nada. A pelo. Sin autobús siquiera. Para estirar el tiempo. Algunos escaparates, rostros al otro lado entre luces intermitentes, bolsos y zapatos, sobre todo. “Los pies también son del cuerpo”, solía decir. Más y más rostros mirándonos en la niebla. Un cortado caliente. Las nueve y media. Un poco más. La Gran Vía. Bien. Tal vez quince minutos, veinte si regulo el ritmo. Aún así no me llega. Mejor otro cortado. Prefiero llegar tarde que verla. Prefiero seguir su pista. Prefiero que salga y no esté y tenga que ponerse a dar gritos amarillos en la niebla. Un café más, y el periódico. Las diez y media. Ahora. Voy y llego. No está. No hay nadie. Miro en las paredes y nada tampoco. Pregunto y me dicen que han salido. Están cerrando. Vuelvo a mirar. Nada. Una pegatina vieja, a medio arrancar: “El Zar ha vuelto”. “Algún ruso gracioso”, pienso. ‘Y ahora qué”, pienso otra vez. “¿Una tontería? Puede, pero de poco esfuerzo”. “Algo pequeño. Un detalle, sí. Algo insignificante ¿Y qué? Pero valioso en una noche así” (Cada vez se ve menos). “El esfuerzo de quererse”, me digo. Doy un par de vueltas sobre mí mismo, allí, en la puerta aún, cerca de un árbol. Cerca hay otro. Son acacias. Y cerca, hay una mujer de negro. Abrigo y pantalón. Pelo corto y ojos claros. No da vueltas alrededor de nada. Me mira. La miro. Mira luego más allá de mí. Me vuelvo. Viene un niño silbando. Lleva un gorro de colores y va dejándose el aliento cuando respira. Se detiene en la puerta. Saca algo del bolsillo y lo pega en la pared. No es amarillo. Giro la cabeza justo cuando ella se mueve antes de que el niño se marche. No le dice nada. Se acerca y lee. Lo arranca y se vuelve a mirarme. Yo la miro sin sonreír. Arruga el papel y se acerca hacia mí. Detrás tengo una papelera que no había visto. Lo tira. Tampoco me sonríe. Se va y desaparece. La niebla. Doy otro par de vueltas junto al árbol. “¿Y ahora qué? Salí pronto y tal vez me avisó cuando ya no estaba”. Voy a la cabina y marco mi número con el controlador remoto del contestador. No hay mensajes. Ni viene tampoco ningún crío ni nadie con nada amarillo que pegar en ningún sitio. Lo que sí pasa es que oigo pasos. Suela de cuero. Me paro junto al árbol y a cinco metros de mí sale de la niebla la mujer del abrigo negro. Y además me sonríe. Elena se llama, me dice. Y yo le digo que son las once menos cinco y que todavía hay cines abiertos.

----Hoy he recibido una llamada. Después del cine la llevé a casa. Me dio su número, pero no era ella. La que era ha dicho: “Perdona, pero al final no fui. Perdona”. “No te preocupes”, le he dicho yo. “Yo tampoco”.


miércoles, 17 de marzo de 2010

EN LA TRASNOCHADA 12 (María Jesús Mayoral Roche)


Villamayor de Gállego, 12 de marzo de 2010

En esta trasnochada del sábado me sale del corazón rendir un postrero homenaje a Miguel Delibes. Decir adiós a Miguel Delibes es decir adiós a la narrativa española del siglo XX. Sentada en el sillón de mis trasnochadas sus libros me están mirando, alzo la vista y me encuentro con La hoja roja, con el Diario de un cazador, con Cinco horas con Mario, con Los Santos Inocentes, con Señora de rojo sobre fondo gris, con El hereje...

Delibes ha sido el gran conocedor de las palabras, el autor más diestro manejando el castellano, el gran filántropo de las Letras Españolas; sin olvidar su compromiso con el tiempo que le tocó vivir y su aportación en el campo de la innovación narrativa. En la obra de Delibes queda plasmada la realidad social de la España de finales del siglo XX: tanto la profunda, como la burguesa. Ahí deja su legado: en el trasfondo social de sus novelas, en ese retrato de familia inmortalizado en cada personaje, en ese retazo de nuestra historia en el que enmarca su narración, en esa vida cotidiana del siglo XX magistralmente contada.

Leer La hoja roja -siendo una prácticamente una adolescente- me hizo contemplar la vida desde otro ángulo; ese ángulo fascinante que abarca la literatura, esa savia sin la cual no podría ni sabría vivir. Mi despertar a la vida desde ese otro ángulo se lo debo a la delicadeza con la que este maestro de la narrativa desnudaba el alma de sus personajes, su filantropía, esa filantropía que siempre le caracterizó. Y esa narrativa perfecta desnudando sentimientos, mostrando el alma humana y la simpleza de la vida debió calarme hondo. Fue entonces cuando me inventé un slogan, mi slogan, esa frase que siempre suelto cuando presento un libro, cuando me toca abrir una charla literaria: quien no lee se pierde media vida y cuando digo lectura, digo Literatura, Literatura, Literatura.

La obra literaria de Delibes ha sido reconocida universalmente; pero hablar de Miguel Delibes obliga a hablar del hombre. Un hombre comprometido que no hizo política, que nunca se colgó el cartel de intelectual, un hombre que concedía a los premios su justa importancia: una vida equivalente a su obra. Una vida que llenaba de pequeños momentos con sus aficiones cinegéticas, rodeado de su familia, inmerso en su labor diaria. A Miguel Delibes le había salido la hoja roja hacía ya tiempo, él lo sabía y aun así nos regaló en toda su lucidez septuagenaria El hereje, la mejor novela histórica que he leído en los últimos años.

Tras el adiós a Miguel Delibes, en esta trasnochada, contemplo con pesimismo la actual narrativa española. Si entramos en valoraciones debemos empezar por esos escritores que acuden a tertulias zafias, que militan políticamente a cambio de una columna bien pagada, que narran historias ajenas a la realidad española empleando patrones extranjeros, que relatan y componen sobre la marcha, que se venden a las editoriales a cualquier precio y que con tal de fabricar un best seller son capaces de contar miserias propias y ajenas. Respecto al campo editorial prefiero no opinar.

Pero lo más preocupante no son esas islas de papel repletas de decadencia bien encuadernada que nos reciben a las entradas de las librerías, lo más preocupante es el futuro. Y el futuro se hace y se forma en las aulas de colegios e institutos. Yo fui afortunada al tener en el temario de COU la obra de Delibes, de hecho era de lectura obligada. Ahora la realidad es otra, escritores de nueva hornada unidos a editoriales que acercan su mediocridad a las aulas, nuevas clasificaciones de novelas cerradas y abiertas que rizan el rizo para no aportar nada; con estas someras pinceladas está claro que el diálogo político entre escritores y profesores se impone y que la calidad literaria es lo que menos importa. Este es el futuro: profesores de Literatura que leen el Código Da Vinci y desconocen la obra de Joyce, alumnos que se aburren con la Literatura. No me extraña, con profesores así hasta la vida aburre.

Adiós a Miguel Delibes, adiós a la narrativa española del siglo XX.




martes, 16 de marzo de 2010

HAZ BIEN Y NO MIRES A QUIEN (Antonio Envid Miñana)


Y no seré yo quien contradiga este aserto del saber popular, pero también nos advirtió nuestro paisano Paco Goya de que el sueño de la razón produce monstruos, de modo que, hasta las acciones más nobles, si no son dictadas por la recta razón, se pervierten.

¿Cómo someter a crítica el noble arrojo de unos cooperantes, que animados por los mejores sentimientos de solidaridad, arrostrando dificultades y sin parar cuenta en fatigas e incomodidades, arman una flota de camiones con subsistencias y se lanzan por las ardientes arenas del desierto a socorrer a ignotas tribus de menesterosas gentes habitantes de perdidas aldeas? Sólo que a mí se me ocurre que, quizá, si se dieran una vuelta por algunos de los barrios de su Barcelona, como El Raval o la Ciutat Vella, encontrarían tantos casos de menesterosidad y tan flagrantes escenas de miseria, que, puestos a remediarlos, los camiones partirían de allí vacíos.

El presidente del grupo municipal del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, denunció ya el pasado año "el colapso de los servicios sociales de la ciudad debido al incremento de la demanda provocada por la actual crisis económica", aportando datos tan preocupantes cómo que "más de 375.000 (23,4%) personas viven en el umbral de la pobreza en Barcelona”, "casi 225.000 personas (14%) viven en situación y en riesgo de exclusión social" y que "según un estudio de la Obra Social de La Caixa”, 875 personas dormían a la calle y 265 en asentamientos (las ONG’s duplican estos datos). Que "Cáritas atendió, el primer trimestre de 2009, 22.893 personas, un 15% más que en el mismo periodo del año 2008, y aún así, todavía había una lista de espera de unas 2.000 personas a las que no se había podido atender.

¿Ha informado alguien sobre el costo de la logística necesaria para llevar una caravana de camiones cargados de conservas y sacos de alimentos hasta el corazón del Sahara?. Seguramente hay organizaciones como la Media Luna Roja y misiones de algunas religiones, sobre todo cristianas, libres de corrupción, a quienes entregar dinero, para que ellos, que conocen las verdaderas necesidades y sus prioridades, compren en los mercados locales los bienes más precisos y perentorios para aquellas poblaciones necesitadas. Pero, claro, estos actos de caridad carecen del glamur que supone el equiparse con salacots, saharianas (¿está en uso todavía esta palabra?), a lo Indiana Jones, y ser despedido por deudos y amigos con la emoción en la garganta cuando desde tu todo terreno nuevecito y de buena marca, con un gesto de héroe, les saludas con la mano.

Bien empleados están los dos millones de euros (¿quién cree a estas alturas lo que diga el Gobierno, y, mucho menos la estrafalaria explicación de los captores?), que nos ha costado traer a la bien intencionada y abnegada señora Gámez, y emocionantes fueron sus palabras de agradecimiento a España y a Cataluña, pero que alguien de su organización diga que a pesar de los peligros, ellos no cejarán en sus expediciones, ya empieza a mosquearme, porque si he de pagar con mis impuestos una parte alícuota de estas aventuras, al menos que me consulten.

La parroquia de Ntra Sra. del Carmen en pleno paseo de María Agustín, en el centro de Zaragoza, atiende a un comedor para personas necesitadas, que la actual crisis ha desbordado, y no saben de donde sacar los recursos necesarios ¡Que harían si le cayeran dos millones de euros! Atienden este comedor unos caritativos voluntarios, que nunca saldrán en los telediarios, vaya desde aquí un emocionado agradecimiento para ellos.



Antonio Envid

CRÓNICA EN BLANCO (Por Azulenca)


¡Ahora sí! Ahí está la Gran Sacerdotisa de la Moncloa (Fdez. de la Vega) enfundada en un traje blanco, en lo que sería un modelo de gran vestal pura y blanqueada de nuestros tiempos; ya aceptado su papel de veladora del fuego y lo hace de maravilla. Y lo ha hecho para decirnos que la liberación de la cooperante catalana que lee en español sobre su secuestro nos ha salido “de baldes”, que el gobierno español no ha pagado. Que no se descuide Fdez. de la Vesta, que esté al loro porque el siguiente paso de nuestro Zp puede ser que la convierta en The Mummy o en RIP. Dado el deterioro cutáneo de Tere, primero le hará la trepanación y la convertirá en momia, está claro. Mientras, estaremos a la espera de la versión del ministro Tragabolas (Moratinos), que como siempre está dando vueltas por el mundo aterriza y da su versión, otra versión. No sé qué pasa pero España últimamente causa poco respeto en el mundo, hasta ese personaje venezolano que el Rey manda callar se nos está meando encima. Pero el Tragabolas lo soluciona todo engullendo bolas.

Zp decidió entrevistarse a sí mismo y responderse a sí mismo, y como es un genio de la recurrencia acudió a la cadena de su Régimen, su cadena sin anuncios, sin sustancia: La Uno de TVE. Unos periodistas de su cuerda, otro remedio no les queda si quieren conservar el empleo, le hicieron preguntas; él a lo suyo, o sea nada, no respondió dijo lo que quiso y al día siguiente sin repercusión ninguna en la prensa. Yo creo que el genoma de Zp pertenece al de un ser paranormal, funciona a impulsos y vaticinios sin fundamento; también pudiera ser que tenga el cerebro lleno de puñales, de hecho con todas esas ideas que le ocurren las clava. Nótese si no, como ya he dicho en otras ocasiones, que todo su gobierno es un fenómeno paranormal. Caso sibila Leire y encuentros planetarios, caso de la desorientada Bibiana que necesita un mapa del placer para situarse, caso Moratinos y su don de lenguas que nadie entiende, caso Rubalcaba y un faisán fantasma… En conclusión y dado que no dijo nada en la tele, yo deduzco que Zp nos va a sacar de la crisis sin tomar medidas, salvo de la de subir el IVA. El defiende su teoría de la economía sostenible, pero yo creo más bien que su teoría es todo lo contrario, es decir, una economía gravitatoria: la crisis caerá por su propio peso y punto. Las cosas para que se arreglen solas lo mejor es no hacer y esto Zp lo borda. Yo, le recomendaría a Zp, que se apunte a sesiones de acupuntura a ver si le arreglan un poco las malas ideas, esas que destruyen empleo, revuelven la memoria histórica, promueven el aborto a gogó...

A propósito del caso Gürtel (correa en alemán) los del P.P demuestran tener poca correa. No les ha gustado a los pobres políticos valencianos, esos que dicen tener tan poco patrimonio, las fotografías expuestas en el Museu Valencià de la Il.lustració i la Modernitat (MuVIM). Y es que los dirigentes del P.P valenciano quieren salir favorecidos en las fotos, pues yo vi unas cuantas en TV que gustaron mucho y además en un posado muy natural y espontáneo. En una de ellas estaba Camps en una iglesia en un estado de recogimiento sin llegar al ensimismamiento, que decía mucho. En otra estaba Rita en su estado natural, levantando los brazos, vestida de rojo, contenta, pletórica. No sé a qué viene tener tan poca correa estos del P.P valenciano.

Vaya entre estas líneas un recuerdo a las víctimas del 11-M en su sexto aniversario. Todavía nos queda mucho por saber sobre aquella masacre, sobre lo que ocurrió en realidad. Porque la verdad no la sabemos todavía.

El miércoles tarde de cine. An Education. Una buena película, buenos actores y una atmósfera bien conseguida en los albores de los años sesenta. Un señor mayor, una menor y el dinero que todo lo tapa, que todo lo justifica, que todo lo puede. Lo único que le falta es cargar más las tintas en un tema moral de aquella época, vamos, mojarse un poco más.

sábado, 13 de marzo de 2010

Imágenes de la India (Miguel Herrero)

... y sin embargo, sólo miro (Vladimira Pund)


Soy funambulista


La vida es mi circo.
-
Soy alpinista
La vida es el filo.
-
A un lado, miedo, angustia, desesperación…negrura
-
Al otro, el disolvente mágico
Que convierte eso en esto
Aquello en mío.
-
Deberían poder mezclarse
Tendría que horadar el filo
Tendría que liberar a las fieras
Desmaquillar a sus domadores.
-
Y sin embargo, sólo miro.
-
Miro eso que está tan cerca como un horizonte



Sin título
10 de febrero de 2010 - Balconcillos

TRIBULACIONES DE UN PRESIDENTE (Servando Gotor)


Nunca he creído en conjuras, complots ni conciliábulos secretos y universales, ni en los Protocolos de Sión, cátaros ni templarios, ni en códigos cifrados. Sí creo en lo que magistralmente expresó Borges: que a veces, como en un juego, surgen tramas aisladas que acaban por imponerse a la realidad. También creo que un modo de defenderse de la adversidad y de la estupidez propia es echar balones fuera y que una de las mejores formas de hacerlo consiste en trasladar la causa de tus errores a una oscura e inextricable trama: “la culpa del vecino, siempre del vecino, del extraño y misterioso vecino”. Asunto arreglado.

Sin ir más lejos, recuerden a Franco y el contubernio de Munich o la conspiración judeo-masónica: fantasmas. ¿Existían enemigos del “Régimen”? Por supuesto, pero se sabía perfectamente quiénes eran. ¿Contaban esos enemigos con sus “topos”, espías dobles, confidentes y atractivas mata-haris? Seguro. Pero de estrategias universales urdidas en secreto por arcanas, organizadas y jerarquizadas fuerzas o poderes, de eso nada. No digo que se intentaran, como tantas cosas se intentan, pero universales tramas secretas nunca funcionaron. Los enemigos, tanto de aquel régimen como de la democracia o de las religiones, existen, existieron y existirán, pero con caras, nombres y apellidos, por mucho que intenten ocultarse.

¿Y por qué no creo en confabulaciones? Porque mi concepto del ser humano es lo suficientemente pobre como para que algo así pueda funcionar. Los hay listos y tontos, hábiles y torpes, prudentes y temerarios. Y para que una trama secreta, universal y con planes a largo plazo pueda funcionar es necesario que los en la misma implicados –todos- sean muy listos y muy prudentes. Además, todo secreto compartido deja de serlo.

Lo que sí funciona, precisamente por esas mismas debilidades, es hacer que la gente crea en semejantes intrigas. Porque abunda tanto simple, torpe y temerario, amén de listillos aprovechados, y hay tal inclinación hacia lo fantástico e increíble que basta con encender la mecha del bulo para que éste se inflame (también esto lo contó muy bien Umberto Eco en “El péndulo de Foucault”, además del ya mentado Borges en su maravilloso “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”). La imaginación humana es amiga de la interpretación sospechosa y casual más que de la lógica o causal y si se persevera en que algo extraño existe, acaba por existir un sucedáneo de lo pretendido o imaginado. Ya digo: la ficción –si bien edulcorada y degradada- acaba imponiéndose a la realidad.

¿Y a qué viene todo esto? Pues a que ahora, héteme aquí, vemos por vez primera la cara más humana de nuestro Presidente: la de la preocupación y el pesimismo. Por fin ha reconocido una situación verdaderamente grave. Hasta tal punto que se vio obligado hace unas semanas a echar mano del teléfono pidiendo auxilio (así informaba al menos la revista “Tiempo”). Y cuán asustado debía estar para telefonear precisamente a Felipe González, el mismo que le llamó Bambi tiempos ha y que la última vez que visitó la Moncloa lo hizo vestido de sport; eso sí, de marca, no como en los tiempos de la clandestinidad cuando, camisa de cuadros y chaqueta de pana, se hacía llamar “Isidoro”.

¿Y cuál era el gravísimo problema de nuestro Presidente? ¿La economía?, no. ¿El déficit?, tampoco. ¿El terrorismo?, menos. ¿Los últimos españoles secuestrados –ya casi una moda-?, ni hablar. ¿El paro?, ¿qué paro? No, no se trataba de un “problema de Estado”. Era un problema “personal”, suyo, de los suyos: “vienen a por nosotros”, le dijo a González.

Fantasmas, claro, los culpables de todo. Como siempre.


(El Comarcal del Jiloca, 05/03/10)

martes, 9 de marzo de 2010

Wordismos (Javi)

EN LA TRASNOCHADA, 11 (María Jesús Mayoral Roche)

Villamayor de Gállego, 8 de marzo de 2010

En la trasnochada repaso el día, pienso y reflexiono, como hacen los niños en el “cole”. Hoy he comido con unas amigas hondureñas ilegales que se están buscando la vida como pueden. Son dos hermanas, la una acaba de llegar y ya se las han dado todas en el mismo lado. Apenas recién llegada, la tomó a su servicio una familia como canguro de fin de semana, contenta con sus servicios, decidieron contratarla para pasar las navidades en la montaña. En teoría era para hacerse cargo de los niños y nada más. El resultado final fue pasmarse de frío, trabajar de buena gana para diez personas, cuidar niños y pasar hambre porque apenas le daban de comer. A este tipo de contratación cómo deberíamos de llamarla, ¿explotación solidaria?

Los españoles llevamos fama de ser muy solidarios, pero debe ser sólo cuando acontecen tragedias en el extranjero. Hace un mes, esta amiga hondureña acudió a una entrevista para cuidar a una señora mayor, la clásica viejecita impertinente, como lo seremos todos cuando lleguemos a los noventa, si es que llegamos. Como la inmigrante fue del agrado de la señora, el hijo decidió contratarla en las siguientes condiciones: atender a la anciana veinticuatro horas al día al módico precio de ochocientos euros al mes. La hondureña estaba contenta, por fin había encontrado un trabajo y una buena casa. Al día siguiente le dieron la infausta noticia de que su puesto había sido dado a otra en mejores condiciones: era legal y la prefirieron. Lo peor de todo fueron las formas de quitarla de en medio. Ni siquiera la llamaron para decirle que se lo habían pensado mejor y que el puesto iba a ser para otra, menos mal que casualmente no había renunciado a su trabajo temporal mal pagado.

El perfil de esta gente que contrata inmigrantes ilegales a bajo precio suele ser casi siempre el mismo: cierto estatus social, buena crianza, casas lujosas, en fin, señores/as con pasta y buenos modos, que no dudan en sacar partido de esta pobre gente que llega y se ve obligada a trabajar en lo que sea para ganar dinero y mandarlo a su familia, amén de pagar el vuelo a España.

Quizá seamos muy solidarios a la hora de engordar las cuentas corrientes de las ONG,s cuando azotan las catástrofes en el Tercer Mundo; pero la solidaridad empieza con los que están aquí, con los que piden en las esquinas, con los transeúntes que frecuentan los comedores benéficos, con los inmigrantes que se han jugado la vida para llegar aquí. Por qué ponemos la vista al otro lado del mundo cuando tenemos gente desatendida en cada rincón de la ciudad, filas de hombres y mujeres a las puertas de los comedores sociales, gente sin patria ni trabajo. Cada inmigrante es una historia, una tragedia; casi todos han emprendido una huida hacia delante pensando que aquí encontrarían una solución. Lo triste, ahora, es que han dejado su país, su familia y aquí no tienen futuro. Nos estamos adentrando en unos tiempos sin futuro, sin futuro laboral para nadie.

No pretendo hacer una defensa a ultranza de los inmigrantes, legales o ilegales. Pienso que este mundo es lo suficientemente grande y está lo suficientemente mal repartido como para que cada uno tenga un puesto en él donde poder salir adelante dignamente. Y aquí, en este país, la solidaridad la practican algunos única y exclusivamente con su bolsillo, luego mandan dinero a obras benéficas en el extranjero para acallar su conciencia o para desgravarse fiscalmente. Eso sí, a la hora de ofrecer esos trabajos basura que nadie quiere hacer buscan inmigrantes ilegales para pagarles cuanto menos mejor. Esa es la realidad, la hipocresía que se practica a diario.

Creo que ha llegado el momento de que dejemos de ser solidarios y empecemos a recuperar una virtud olvidada que nunca debimos abandonar: La Caridad.



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