Aunque estés obsesionado con ángeles o máquinas, posiblemente tu deseo final sea el amor: la mano busca el centro queriendo y no queriendo llegar. La mano cuenta a oscuras los dedos de otra mano. Sólo una finísima línea (roja) señala la diferencia entre pescar y hacer el imbécil al lado del río: tal vez, en alguna medida, suceda algo parecido con el amor.
El hombre, ese monótono universo que oscila sobre el vacío colgando solamente de un hilo de araña, y quiere remediar el desgaste levantando tumbas. Por fortuna vivimos en un mundo en el que hay grullas y caballos, cabras expertas en riscos y marsopas negras: no todo está perdido.
Casi todo lo importante es otra cosa, algo que se va imponiendo en diagonal o desde el reverso de lo que sucede: justamente eso que te aguarda para ser o para no ser, quién sabe, eso que te estaba esperando para despertar y ponerse en marcha y comenzar a vivir. Quizá un ángel social o un lejano caracol que huyó del pecho rojo o una de esas dulces rosas rojas descoloridas sin morir.
Balconcillos 7
Me ha gustado "finisima línea,...la diferencia entre pescar y hacer el imbécil al lado del río", a veces todo depene de una finísima línea", la verdad es que todo depende de una finísima línea....Anónimo
ResponderEliminarCasi todo lo importante es otra cosa y además... nunca pasa nada.
ResponderEliminar12 de octubre de 1492 bis
Anónimo
Gracias por todo Doctor....tengo ganas de verle.
ResponderEliminarY a vosotros también
angel