MJM
En esta trasnochada las palabras de Alfonso Guerra dedicadas a Trinidad Jiménez me hacen sonreír: la señorita Trini. Y la señorita Trini se ha cabreado por llamarla señorita. Y a modo de coro estas chicas progres y feministas del PSOE la han montado contra Guerra, estas mujeres que presumen de ser de izquierdas y que están marcando un retroceso cada vez que alegan como justificación a lo que sea que son mujeres. Yo les agradecería que cogieran el toro por los cuernos y que dejaran de ampararse en el sexo. Las palabras de Guerra estuvieron cargadas de ironía, esa ironía andaluza que se sirve del señorita/o para dejar un matiz despectivo. Pero la culpa la tiene la ministra por dejarse llamar Trini. Porque no es lo mismo decir señorita Trinidad, señorita Carmen, señorita Pilar, que decir señorita Trini, señorita Pili, señorita Carmencita, señorita Pepis…
Cuando me preguntan: ¿Señora o señorita? Pregunta que casi siempre formulan los hombres; yo -desde hace mucho tiempo- respondo: Por edad señora. Lo digo sonriendo y esto despista. Nunca me ha gustado eso de señorita, ni siquiera cuando tenía veinte años. Señorita es un título menor para cualquier mujer, ya sea soltera, casada, viuda o divorciada. A mí me gusta que me llamen señora y que me traten de usted, cosa que a mucha gente le cabrea porque dicen sentirse mayores, vamos, viejos.
El tú y el usted tiene matices, matices personales. Por ejemplo a las personas de semblante serio siempre suelen tratarlas de usted; a las personas risueñas de tú. A la gente elegante el tratamiento de usted va siempre por delante; la gente que viste informal el tuteo parece más apropiado. Digamos que el aspecto es el determinante del tú o del usted. Porque no siempre el tú y el usted va determinado en función de la edad: lo digo por experiencia. Cuando yo tenía veinte años y salía por ahí con mis amigas, a mí solían tratarme de usted. Esto hace suponer que yo aparentaba mucha más edad con respecto a mis amigas. Precisaré más. En mi pueblo había un médico que trataba a todo el mundo de tú y esto solía molestar a determinada gente mayor, pues lo tomaban como una falta respeto, más en todo un señor médico, que dicho sea de paso, no estaba bien que se dirigiera a un paciente de ochenta años en estos términos: A ti qué te pasa. De hecho los mayores decían que parecía que les estaba haciendo la puñeta. Bueno, un día fui a su consulta y cual no sería mi estupor cuando, sabiendo su protocolaria fórmula de tuteo con los pacientes, comenzó a tratarme de usted. En aquella época yo tenía veintiséis años. Y en la actualidad, en grandes almacenes y supermercados, incluso cuando voy acompañada de gente perteneciente a eso que llaman la tercera edad, a mí siempre me lanzan el usted y al que va conmigo el tú.
Y llegados a este punto cuál es el mensaje. El mensaje es que el tú o el usted va en función del respeto que causa la persona, principalmente. Toda esta gente que es la leche de seria no se merece el tuteo. Y yo, parece ser, pertenezco a ese círculo. También influye la forma de dirigirse a la gente; si uno lo hace con excesivo respeto ya se ha ganado el usted. A veces la cosa va en función de anillos, brillantes y demás indumentaria. En fin… matices, sutiles matices.
¿Y qué le ha pasado a Trini? ¿Por qué se ha ganado el título de señorita Trini siendo ministra? Es más, siendo Excelentísima Señora. Pues en lugar de montar la que han montando, lo que debería hacer Trini es coger el micro en los Desayunos de TVE y poner al Guerra en su sitio. Ah… y dejar de llamarse y dejarse llamar Trini. ¿O es que acaso Trini tiene miedo de enfrentarse a Guerra? Lo suyo sería echarle un pulso y no ponerlo en la tesitura de pedirle disculpas públicamente y asunto concluido. Resulta todo muy blando.
"Los señores los hacen los sastres, los caballeros, nacemos", escuché una vez. Hoy los sastres son género en extinción y las marquitas son de friqui.
ResponderEliminar"Caballero" ya solo se usa en sudamerica. Tenemos que aprender mucho cstellano de ellos.
La madre de Lolita, en la película, cuenta el arrobo que le produjo oirse llamar "señora" en su viaje de novios a Méjico.
En cuanto al personal sanitario, cuando alguien entra en sus dominios deja cualquier tratamiento en la puerta y se oye llamar de tú y por el nombre. ¿como te encuentras hoy Antonio? Forma parte de la tiranía de la bata blanca.
A mí me da igual el tratamiento, yo utilizo el mayestático "nos" para referirme a mí mismo.