jueves, 30 de septiembre de 2010

CAFÉ-BAR LOQASTO (Isabel Carceller)

SGS

Los ‘Cafés’ siempre han sido un lugar de encuentro, mentideros o verdaderos… Su papel es bonito, son ventanas a la vida, al mundo real y cotidiano, a los sueños, a las frustraciones del personal. Entre sus clientes hay de todo: triunfadores, en su escala, perdedores, falsos perdedores, sufridores, macarras… El plantón, deseado o indeseado por quien lo hace forma parte de la vida, por eso tenía que estar reflejado.
Al abrir la puerta mira su reloj y se dice: -he llegado muy pronto, me tocara esperar un buen rato. El autobús que no me ha hecho esperar.

Tiempo hay de sobra, para llenarlo.  Se dirige al tabloncito de notas. Leerá, curioseará los mensajes que se han colgado.  En uno ponía: Releí El Criticón, de Gracián. En estos momentos recomiendo su lectura. Otros eran simples anuncios:Piso de estudiantes, se ofrece una habitación, sector centro, precio razonable. Hay colgado un poema. Lo lee, y se lo lleva a una mesa. Saca de su bolso una pluma y se pone a escribir en el reverso del poema: UN VENTANAL ABIERTO

Creemos que, más allá de la ciudad, siempre habrá granjas, campos, sapos, árboles sempiternos y críticos literarios de primera fila, alejados de la inercia académica y en abierta batalla contra sus colegas estáticos, hasta que un día comprendemos que nada es inmutable y, además, FRANZ KERMODE ha muerto.

Adiós al gran ensayista y crítico.

NO ERA DE LOS QUE, VIENDO INCIERTO EL FUTURO DE SU OFICIO , HALLAN EN EL PESIMISMO UNA ESCUSA PARA LA HARAGANERÍA.

Murió el pasado 17 de agosto, a los 90 años.

OPINABA QUE CUANTO MÁS DE VANGUARDIA ES UN ESCRITOR, MENOS PUEDE PERMITIRSE CAER BAJO ESTE CALIFICATIVO.

Creo que lo mismo podría decirse de un crítico como él. Adiós a su gran ventanal abierto a Selwyn Gardens, en Cambridge.

Una de sus conjeturas más célebres la hallamos en ‘El Sentido De Un Final’.

Cuando decimos que un reloj hace tic-tac, sostiene Kermode, estamos otorgando al ruido una estructura ficcional, que diferencia entre dos sonidos que, físicamente son iguales, de modo que tic sea un principio y tac sea un final, Oímos en realidad tic-tic, así que el tic-tac del reloj sería el modelo de lo que llamamos trama, una estructuración que da forma al tiempo y lo humaniza. (Tac-tic sería en cambio la trama del ‘Ulises’, de joyce, añade Kermode, no sin HUMOR).

NO SE ESPERA DE LOS CRÍTICOS, COMO NO SE ESPERA DE LOS POETAS, QUE NOS AYUDEN A HALLAR EL SENTIDO DE LA VIDA. Quizás por eso, Kermode siempre dijo que, entre otras tareas, A LOS CRÍTICOS LES CORRESPONDE ENSAYAR LA HAZAÑA MENOR DE HALLAR SENTIDO A LAS FORMAS EN QUE INTENTAMOS HALLAR SENTIDO A NUESTRA VIDA . A esa gran hazaña menor dedicó Kermode su obra ensayística, algo que llevó muy lejos en ‘El sentido se un Final’, donde ANALIZÓ LA ETERNA IDEA DEL CAOS Y CRISIS, UNO DE LOS GRANDES ENIGMAS DE NUESTRA CULTURA.

La escena póstuma de su vida no habrá distado mucho de la que él mismo describe hacia el final de "Not entitled, sus memorias".  Allí nos cuenta que una voz femenina que canta a Bach le conecta de pronto con lo sagrado y le lleva a buscar en el hogar algo que perdure cunado él ya no esté y acaba encontrando en su jardín una diosa Diana que le regalaron los amigos y que amanece a veces -diosa pasajera del arco y la flecha- con una diadema de rocío. A esa diosa pagana en el jardín inglés le lanza una mirada de despedida que es tanto un “guiño de continuidad” como una señal a la que podrán recurrir sus lectores cuando les llegúe la angustia del punto final.

PRECISAMENTE esa CONTINUIDAD le es IMPRESCINDIBLE a todo NARRADOR para ir hacia ADELANTE en su RELATO. La necesita sin cesar y por eso, con INTENSIDAD, APELA CONSTANTEMENTE a ella.

Lo raro para todo narrador llega cuando, al sentirse ya en el final, se ve obligado, con la misma intensidad, a IGNORAR esa continuidad. Pero es evidente que ningún relato puede ignorar su particular momento apocalíptico, la necesidad del cierre que da sentido. Llegado a este punto, veo la sombra del final avanzar sobre estas líneas. Adoro la continuidad, pero ella no me quiere a mí. Debo acabar y, por tanto, trazar el sentido que le doy al mundo, o al mundo del artículo, y digo, así a bote pronto, que lo mejor será abrir los ojos y contemplar el desorden.

TAC-TIC. NO SE TRATA DE UN DESORDEN QUE QUEPA COMPRENDER. PROPONGO QUE LO DEJEMOS ENTRAR PORQUE ES LA VERDAD.PROPONGO UN VENTANAL ABIERTO. QUE ENTRE EL DESORDEN EN LA CONTINUIDAD.

Atónito ahora, observo que he abierto perspectivas. Pero también que, aún siendo el tiempo nuestro elemento, no estamos adaptados a los grandes panoramas que se abren a cada instante.

Y es que EL GUIÑO DE DIANA lo hemos LEÍDO como una SEÑAL PLETÓRICA de VIDA, pero las LARGAS PERSPECTIVAS parecen ENCADENADAS a la SOMBRA del FIN.

(Enrique Vila-Matas.- Café Perec)

¿Café Perec? ¿Café-Bar Loqasto? ¿Franz Kermode? ¿Friquismo?

Tapa su pluma, se dirige al tabloncillo y vuelve a colgar la cuartilla, por el lado del poema, junto con las otras notas.

Al volver hacia su mesa, mira el reloj, tac-tic. Se dice: -hoy, ya no vienen, es tarde, o si vienen yo ya no estaré. Recoge sus cosas, se acerca a la barra, paga y se marcha.




Isabel Carceller

6 comentarios:

  1. El foco solo iluminó este momento. Si llegaron tarde las personas esperadas, si se comunicaron más tarde, si ocurrieron o no cosas interesantes o aburridas ese día, si..., si...
    No lo sabemos. Esto sucedió en el Café- bar y ella no volvió a él ese día

    isabel

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  2. ¿Le parece poco, mr. ANONIMO...?

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  3. O sea que Franz Kermode se ha muerto a los 90 años, pues podía haber esperado un poco más a ser presentados, nos habríamos tomado una pinta de cerveza y habríamos charlado. Una conversación muy curiosa porque yo no hablo nada de inglés y probablemente él nada de español. Pero eso no importa demasaiado. La tertulia en el café, un placer que ya no está a nuestro alcance. A veces paso por el café Levante de Zaragoza y rememoro aquella terutilia que tenía aquí Ramón y Cajal. ¿Cómo se las apañaba don Santiago? además de tener un montón de hijos, de pasar horas enteras en el cuarto oscuro revelando fotografías (ya sabéis que fue uno de los primeros en hacer fotogafías en color), escribir relatos y dar sus clases en la Universidad, escribir y dibujar esos tomos sobre los nervios y hacer pajaritas de papel en el Café Levante, tuvo tiempo para conseguir el Nobel. Qué poco he hecho yo.
    En fin, Isabel, a ver si tenemos un rato para tomarnos un café.

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  4. Hola, yo entro en el café y pido uno con leche y le pregunto al camarero, ¿sabe usted cómo fué la huelga?

    -Pues mire Sra. Pund, ni idea, estoy como usted.

    -Vaya, parece que la sociedad de la información nos tiene bastante desinformados.

    -Sí. Es contradictorio: tenemos información instantánea sobre cuaquier cosa y de esto....

    -Entonces si me pregunta mi amigo francés, Pierre, le digo que no tengo ni idea no?

    -Pues si quiere ser sincera, sí.

    V

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  5. mínima tregua en el bar,
    café con dos de azúcar y croissant,
    el metro huele a podrido,
    carne de cañón y soledad.

    Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal

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