sábado, 11 de septiembre de 2010

El calabozo (Caín)

SGS

El tiempo es igual
en el calabozo
igual de lento, vacío igual
de emoción, lenguaje, razón, ni cosa alguna...
el tiempo en el calabozo es igual
igual de inhóspito, irremediable, inasequible igual
y está presente por todas partes
como una muchedumbre,
pero tiene olor a pies
y cierto gesto profesional en su labor
que propone un esbozo de sentido al decorado...
así en la disciplina profesional que adquiere
es posible entender el hacinamiento
el rancho de sabor industrial
el olor a pies
e incluso las reducidas dimensiones del habitáculo
en que nos han ordenado dispuestamente
con una manta, un pijama y un número a cada uno sobre el suelo...
someterse así resulta más sencillo
se convierte en una pulsión más del organismo
en un espacio ordenado por límites tan austeros
el cuerpo acaba tomando por ti las decisiones...
pronto se reducen los limites de función del metabolismo
pasa el tiempo entre la vigilia y el sueño
no hacer se convierte en una solución natural
no pensar, no desear, no esperar, dejar que pase el tiempo
que ya no nos pertenece, es cumplir una orden
y así se resuelve toda responsabilidad, toda culpa
ajenos a la moral del encierro y su presunta humillación...
es cierto que en algún momento
de madrugada, entre las sombras al despertar algo desorientado
puedes sentir, detrás de los barrotes, cómo el tiempo te atrapa,
en la oscuridad, y te obliga a levantarte, a huir del tiempo,
de la oscuridad horizontal,
de ese ataúd sin márgenes que es la conciencia de tiempo.
Intentas buscar entonces una escapatoria, y preguntas la hora a tu custodio,
una hora que poco tiene que ver con el tiempo, para ti,
para quien son todas las horas iguales,
para quien la hora preocupa tan sólo como la fortuna diaria de una rutina,
que en la hora, más tarde o más temprana, castiga o beneficia,
con la ausencia de sueño.
Y así entonces tu única dedicación, en la oscuridad del calabozo, de nuevo
es confundirte con el resto de objetos,
que pase el tiempo sobre ti, sin tocarte, que se vaya esa ansiedad,
esa ansiedad mítica, esa ansiedad gigantesca
que te posee con el tamaño de una patria,
esa conciencia de tiempo que te penetra y bombea tiempo,
sin remisión, inagotable, que no deja que pase el tiempo,
hasta que de nuevo, llega el sueño...
En cualquier caso, aquello fue al principio, hace tiempo que no me sucede
hoy tan sólo la ausencia de café y tabaco
hacen de este olor a pies un lugar desagradable,
si al menos pudiera fumarme un cigarro,
el calabozo es confortable...




El calabozo. (Jon Jonenjur)

12 comentarios:

  1. Servando creo que por respeto a Vladimira, deberías eliminar mi presencia de este blog. Me temo que esta vez he metido la pata hasta el fondo, en fin...

    Ha sido un placer haberos conocido a todos, de verdad, pero la cosa ha adquirido tintes tan melodramáticos que...

    Adiós

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  2. Bueno Caín, con que me ignores yo creo que será suficiente.

    Tienes derecho a opinar lo que quieras de las personas pero, para tener una verdadera opinión formada, es mejor que observes y que dejes espacio para ello.

    Estoy segura de que Servando seguirá incluyéndote en este blog y respetando tu presencia, precisamente por los mismos motivos por los que no se debe discriminar a la gente con dificultades sólo por tenerlas y no poder evitarlas.

    A mí no me molestas, si te digo la verdad, estas trifulcas me despistan un poco de mis preocupaciones y me hacen pensar en otras cosas.

    Hombre, tampoco es que te vaya a dar las gracias, pero lo dicho: aprende a escuchar y a observar, sólo es un consejo que te doy sin que me lo hayas pedido.

    Y mientras, lo dicho: ignórame.

    Asunto zanjado, espero.

    Vladimira

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  3. ¿Por qué salir de un lugar donde se está cómodo? Si se uno está cómodo, claro está.

    A lo mejor un poquito de raíz de Valeriana es mas que suficiente. O contar hasta diez

    Srta. Muy Serena

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  4. Caín deseo que te quedes. Además, acabarás conociendo la calidad personal de Vladimira y por qué en este entorno -que es él tuyo- se le quiere y respeta. Es distinta, sí. También tú y yo, y todos los que andamos por aquí -afortunadamente-.

    Quédate, este "calabozo es confortable...", no huele a pies y se puede fumar... (los últimos versos, los mejores).

    Saludos.

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  5. No me gusta hablar de las cosas proias -y menos bien- pero estoy mu contento con la afoto para el calabozo: un centro comercial, una televisión grande y el señor ministro comiendo el tarro.

    Le va de maravilla al poema, a ese calabozo en el que andamos atrapados.

    Besos.

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  6. Hola Servando: Hablando de calabozos, ¿qué opinas de la película Cadena Perpetua?

    ¿Por qué no habláis más a menudo de cine? Me consta que es materia en la que algunos sois muy versados

    Salud!!

    Vladimira

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  7. Y sabéis qué os digo a todos? Ke estoy hasta las bolas de ser tan bueno, que ya me he cansado de dar sermones tontos y voy a empezar con los insultos. ¡Se acabó!. Con el primero que me voy a meter es con Antonio Envid, que no dice ni pío y el que calla otorga.
    Se acabó. ¡Que alguien me sujete!

    Demian

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  8. No la he visto, ¡pero yo los dejaría a todos allí para siempre!

    (es que ahora me he vuelto malo...)

    Besos (malos)

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  9. Estimado Cain, leo atentamente tus poemas y estoy convencido de que te parecemos, en general, bastante convencionales, y te aseguro que tu impresión es cierta, de modo que ya nos va bien tener un "joven poeta airado" (siendo joven y poeta, necesariamente se ha de ser airado, si se tiene temperamento acomodaticio es mejor dedicarse a la contabilidad)Con lo que te dice vladimira no necesariamente tienes que sentirte incómodo, pero tú sabrás. Te propongo algo intermedio, tómate unas pequeñas vacaciones y a la vuelta nos envías tus poemas. Hasta luego.

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  10. Los que hemos pasado por la cárcel nos identificamos con lo que dices: el tiempo, el olor, la celda... Pero me falta el alarido humano.

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