miércoles, 8 de septiembre de 2010

BELTRÁN (Servando Gotor)

SGS

Me interesé después por Mariano el de la Fonda, aquél al que mis padres pudieron salvar de los atroces fusilamientos.  Me dijeron que llevaba una vida extraña. Vivía en un pueblo cercano con un perro y un puñal.  Al perro le llamaba Beltrán y  pasaba temporadas sin hablarle, aunque mejor sería decir que era el perro el que no le hablaba a él porque Mariano, cuando reventaba, erguía la cabeza, se encaraba al chucho y le decía con rabia: "orgulloso, cabrón, ¡miá que vel-me po'encima l'hombro!” Después buscaba cualquier cosa que encontraba a mano, un coscurro de pan o un trozo de tocino rancio y entonces  Beltrán se acercaba rabeando y Mariano, gimiendo, le acariciaba el lomo. Luego le daba una buena paliza buscando sus partes, echaba mano del puñal y limpiándose con él las uñas leía en alto la inscripción de la empuñadura:  "Ay del que se cruce en mi camino”. Entonces Beltrán huía cabizbajo y con el rabo entre las piernas y Mariano  le gritaba: "algún día me iré y no sabrás más de mí, hijoputa, ¿lo'entiendes? ¡Nunca más... sabrás de mí!".  Las semanas siguientes Mariano las pasaba llorando. 

de El Amor y las moiras   

9 comentarios:

  1. Guau... un perrillo precioso.

    Bonito y triste, el fragmento donde nos hablas de; Beltrán y Mariano.

    A pasar un buen día

    Isabel

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  2. Un magistral relato sobre la soledad y la desesperación.

    Vladimira

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  3. Oh! qué buen perro si hubiese buen amo.
    (me refiero al perro de Servando, no al pobre Beltran del relato).

    No se si sabéis que la novela de Sevando "El amor y las moiras", su opera prima, fue finalista del Planeta.

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  4. Y la foto es asombrosa y muy simpática.

    V

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  5. Bueno, hoy las copas las pago yo (y sin calculadora...).

    Esta es la foto del perro que se ríe (hasta con los ojos). Es el efecto que provoca habitualmente mi presencia, de hecho es a mí a quien está mirando. ¡Se está riendo de mí!, aunque sea con una sonrisa de conmiseración: le doy verdadera pena...

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  6. Sin ánimo de meter otra vez la pata, bajo este nombre del autor -nuestro ilustre Servando- pone como nombre del libro "el amor y las moririas"...entiendo que es un error y que en realidad es moiras no?

    Salud!

    Vladimira

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  7. Por cierto entre la Colquida, las cláimides y ahora las Moiras, estoy aprendiendo mucho sobre la Antigüedad.

    Con lo que me cuesta a mí aprender, pero claro, con estos maestros, hasta yo.

    Gracias

    Vladimira

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  8. En efecto, Vladimira, se trataba de un error y ya lo he corregido. Gracias. (Y, entre los que te conocemos, aunque metieras la pata no la meterías).

    Besos.

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